“Todas las bandas de moda cantan temas de mierda”, saluda Explenden desde el Salón Pueyrredón en su segunda canción de la noche luego de la apertura con “Inesperadamente”, y es toda una declaración de principios. Tras un comienzo al recontra palazo con siete temas seguidos pasan promesas a amigos (“Mauro”) o combates contra pañuelos celestes con individualizaciones a Recondo, Maru Botana y los curas (“Dos vidas”).
Amor y odio, alegría y bronca, fiesta y desgracia. Las dicotomías van y vienen desde la lírica comandada por Julián Mocoroa, o Moco, cuyo nombre y apodo pueden convivir cual Dr.Jeckyll y Mr. Hyde (sin saber cuál es uno u otro), pero que en estos tiempos tan difíciles elige cada vez más el lado del amor.
Así entonces, si bien a lo largo de 28 canciones hay más broncas contra indeseables como en “Monstruo” y “Tus joyas” (ambas de Una Vida a la Vez, 2019), o el salvajemente poético “la puta que te parió” que corta con tanta dulzura de la lenta y exquisita “Cinty Lucifer”, en la noche va a reinar la amabilidad, el agradecimiento y sí, insistimos, el amor. Cada parate entre tanta efervescencia punk va a ser para desear buenas vibras, resaltar la comunión entre banda y público, o para agradecer a los presentes “aunque sea el cuarto Salón que hacemos con lluvia y el tercero con un inicio de conflicto bélico internacional”.
Más de veinte años de trayectoria tiene Explenden y de aquellos viejos tiempos solo se mantuvo siempre su cantante. Por la banda pasaron incontables etapas, con mejores y peores músicos, amigos, amigos que luego fueron enemigos, otros que volvieron a ser amigos, otros que tal vez nunca lo fueron y demás. La actualidad ofrece una banda ajustada como nunca, completada por Nicolás Durelli (guitarra), Federico Pettinicchio (bajo) y Emilano Cansino (batería), que se lleva tan bien arriba del escenario que nos hace notar que abajo puede ser igual o mejor. Acompaña un sonido prolijo, poderoso y una voz de Moco más lúcida y presente que nunca, para que la crudeza y la poesía de sus letras se entienda a la perfección. Además, resalta entusiasta: “me aprendí todas las letras para ustedes”.
Desde ahí, entonces, se puede leer al Moco que puede ser director administrativo de una escuela, operador en una fábrica, crítico de cine, escritor (recomendamos su libro “La herencia de Carlos Saúl”), un tipo de barrio de clase media porteña (“Caminando por Urquiza”), o el enfermo por San Lorenzo que nombra a jugadores como Romagnoli y Buffarini en “¿Que te pasa amor?” y le dedica al recientemente despedido Gallego Insúa, junto a los amigos que ya no están, la sentida elegía que es “Réquiem”, la cual nos regala uno de los mejores momentos de la noche.
Del álbum Jardín de Omar (2016) escuchamos “Burning lut”, la argentinísima versión de “Burning love” inmortalizada por Elvis y “Fabulador”, cuya frase “mi infierno no es encantador”, que decora la remera de muchos de los presentes, nos tienta a titular así la nota.
Pero no, porque a lo largo de una hora y media podemos definitivamente sentir que el Explenden de ahora desea más amor que odio en estos tiempos de mierda que nos tocan vivir. Así, después de expulsar de forma pesimista que “nunca vamos a estar mejor”, unos minutos después, casi corrigiéndose sin querer, el cantante advierte que “volveremos a vencer y a echar a la mierda a los que están en el poder ahora” antes de cantar “vamos a dar una vuelta que sea mejor” en “No quepo”.
Para el final quedan las dos canciones que mejor muestran a los escritores favoritos de Moco: “Nada fantástico” remueve las genialidades de Stephen King y “Cuando ríe Bukowski” tiene la última frase que vamos a escuchar en la noche y que, entonces, elegimos para titular y resumir lo que vivimos: “No es amor, es más que eso”.
FOTO: Gusi Ramone