Proyecto Da Silva: Amistad, amor y tecnología

El electrorock de Proyecto Da Silva ofrece un tercer trabajo discográfico, editado por el sello Chancho Discos, con un englobe conceptual que viaja entre la dicotomía de lo humano y lo mecánico, atravesada constantemente por las relaciones interpersonales. Ey, Amigo (2019) llega bajo un hilo de emociones que invitan a bailar, a sentir, a flashear o a golpear directo. O todo a la vez.

“Es un disco de amistad y amor”, casi que resume Fernando Larrosa (sintetizadores, secuencias, piano y programaciones). “La amistad está presente en las letras y también en los sonidos”. Y para amistad, sin dudas que el aporte en la producción de Ezequiel Spinelli fue clave, luego de haber trabajado juntos en todos los discos de la banda.

“Ya nos conocemos muy bien y es un placer trabajar juntos”, comenta acerca del compañero de fórmula perfecto del grupo. “En este disco creo que estuvo más cómodo porque las canciones las pre-produjimos con más tiempo, así que le llegaron con mejor forma. Igual aportó como siempre mucha magia en las mezclas, sonidos, efectos y una mirada súper clara y profesional que siempre mejora todo”.  

-¿Cómo surgieron las participaciones de Ignacia y Nicolás Aimo como invitados?

-Los invitamos a ellos dos y también a Robinho Cassares (rosarino, cantante de Blizters), cada uno en una canción específica, porque mientras íbamos cerrando las canciones nos dimos cuenta de que eran súper necesarios cada uno en cada canción y con su impronta. Son artistas que nos encantan, además de amigos. Los invitamos y aceptaron de una, y cuando hicieron sus partes las canciones dieron un giro de 180 grados, las mejoraron y las reformularon. Nos sorprendieron, aunque era de esperar. Son unos genios.

-Se da una constante idea y vuelta entre los usos y abusos de la tecnología, la dicotomía de todo lo que conlleva. ¿Cómo se fue dando esta especie de temática/concepto a través de la obra?

-Nos encantan los usos de la tecnología. Y no creemos que exista un abuso. Hasta lo más nerd y más electrónico puede ser genial. Si me das un artista haciendo canciones en 8 bits con una compu y nada más, si eso me emociona o me llega, para mí está increíble. No le tenemos miedo a la tecnología ni a los sonidos sino todo lo contrario, estamos siempre en esa búsqueda. Y nos parece una gilada la idea de que para que sea rock tiene que tener batería, bajo y muchas guitarras. Hacer más de lo mismo no tiene nada de rock, el rock pasa por otro lado. Justamente por no repetir modelos. Un poco en esa búsqueda y en el plan de no ponernos límites fueron apareciendo estas canciones y todo el disco. Jugamos mucho en la sala con las máquinas y con los instrumentos buscando sonidos y saliendo de los lugares comunes. Fue todo un proceso mucho más interesante que si tuviéramos un objetivo en sí. El placer está en ese proceso. El resultado, que es el disco, nos dejó muy conformes, pero el proceso de hacerlo fue hermoso.