Mega Punk Festival: Tres al hilo y uno después del cigarro

San Lorenzo recién se había apoderado de la punta del torneo, por eso gran cantidad de público no había llegado cuando Katarro Vandáliko asomó en el Salón Rock sur para dar inicio al Mega Punk Festival. El recinto de Pompeya, entre vigilantes incauta porritos y unas cien personas que se acomodaban, retumbaba el sonido y aturdía un poco. Pese a esos inconvenientes, la banda oriunda de Tandil no tardó en despertar el entusiasmo de los seguidores. El clásico “Cuando yo esté muerto”, en primer orden, arrancó los festejos. Seguido, “Sin Respuesta”, anticipaba la receta que las cuatro bandas de la noche iban a desplegar: listas más cortas de lo acostumbrado, y las mejores cartas sobre la mesa.

Hay una figura que en Katarro no toca más, y quizá no sea la mejor idea suplirla con tres guitarras. La telaraña de cuerdas por momentos enreda las melodías, y en Salón Rock Sur hubo prueba de eso. Pese al detalle, el público, que canción a canción iba creciendo, se permitía los primeros pogos, aprobando a los músicos que se los escuchaba contentos y agradecidos de haber sido invitados.

La única canción que debieron reconocer los antipunk de radio Mega debe haber sido “El Probador”, cover de Virus que K.V. interpretó con Mane de Restos Fósiles invitado en la voz, y muñido de la letra macheteada en una hoja. Luego algunas canciones para llegar al cierre con “Jardín Eléctrico” y “Si te encontrara”. Katarro Vandáliko se despidió del escenario entre aplausos y varios cuervos ya presentes.

A los Loquero muchas cosas les deben chupar un huevo, entre ellas traer un pendrive con alguna imagen para proyectar en la gran pantalla que ofrecía la mal camuflada bailanta. Quizá también les debe chupar un huevo la lista de temas que traen impresa, o por cuestiones de tiempo o poca previsión, debieron suprimir varios de los anotados. Como resultado los marplatenses cosechan un público al que le chupa un huevo el sonido, la estética y cualquier adorno que intente ir más allá de los acordes, las composiciones, y los sentimientos que despiertan las canciones de la banda.

Encapuchado, Chary arrancó con la melodía de “Fantasmas en la F.O.R.A.”, y al instante el pogo agigantó el infierno. Mucho más poblado, Salón Rock Sur rugía rompiendo tímpanos, mientras los cuatro músicos y algunos centenares conectados a empujones disfrutaban la insania. El gordito vigilante, con el botín de porros en el bolsillo, miraba hacia el escenario dándose cuenta que el cacheo no había sido lo suficientemente efectivo.

Todos los que se llegaron a la fiesta tenían su banda preferida. Tres para ver al fondo, y una para hacer pogo o festejar más de cerca. Loquero, con cuatro o cinco canciones logró que todos, los suyos y los  otros, presten atención y se involucren. “Atlántida”, “Guardame el secreto” y “La Belleza” fueron tres de las que lo lograron.

El final llego con “Día perfecto”. Loquero desplegó la furia habitual. Chary caminando el escenario, recitando las letras, como quien todavía intenta entender esos renglones que alguna vez escribió, o comprender por qué este mundo no vale nada. Escapados del escenario, un tacho de luz latiendo tras la batería, y Horacio Langlois revoleando los palitos.

En el Nuevo Gasómetro ya no quedaba nadie. Salón Rock Sur había llegado al máximo de público que tendría la noche. Luces cálidas y percusión anunciaban el arranque de Sin Ley. “Raros deslumbrados” le guiñó el ojo al sitio, y enganchado con “Cuanto Mal” y “Se me olvidó”, le hizo replantear el rótulo de Mega Punk a los de la Mega Radio. Lo que hasta el momento había sido puro pogo, de pronto se convirtió en bailes extraños, mezcla de pasos cumbieros, reggaes, y algún borcego pateando al aire.

Luego de la intro relajada, Sin Ley puso tercera, cuarta, quinta, y enganchó un total de veintiún canciones a las que el público ofrendó un pogo constante y los primeros y únicos vítores de la noche: “Vamos, vamos los Sin Ley”. Como K.V y Loquero, Dudú y los suyos interpretaron las más emblemáticas de su repertorio: “Compañero”, “Perra”, “Solos y Aburridos” e “infractora” fueron algunas de ellas.

Jugador importante fue el sonido, que por oficio de los músicos o el operador, sonó fuerte y claro sin llegar a aturdir. Los coros de Sin Ley, principalmente los que vienen desde la percusión de Chapu, se entrelazaron entre el constante cantar del público, de los fanáticos a los que se le vuelve imposible apreciar en silencio las presentaciones de la banda.

¿Cantidad o calidad? Cada cual elije. Lo cierto que el cierre de la presentación de Sin Ley fue al compás de “No sé”, y lo que varios, por lo menos ese sábado 1 de agosto, coincidirán en rotular como “el pogo más lindo del mundo”.

Cadena Perpetua llegaba con pitos y matracas. Como lo anunciaba la pantalla grande del escenario, el trío (junto al guitarrista de las sombras), se estará presentando por primera vez en el Luna Park para festejar sus 25 años de carrera el primero de noviembre. Luego de un intervalo más grande que los dos anteriores debido al cambio de batería (K.V y Loquero tocaron con la batería de Sin Ley), el último de los cuatro pisó el escenario.

Terminaría siendo el set más largo de la jornada, con veintiséis canciones que transitaron su extensa carrera. Como acostumbran, Cadena dio un show sólido y preciso. Apoyado en la habitual pared que forman el tractor de tambores del Chino, y el bajo quema yemas de Edu, Vala comandó el barco de una banda que sigue poniéndose desafíos grandes, y que contra todo pronóstico, los viene consiguiendo.

Una rotación notoria del público acompaño a Cadena. Aparecieron las clásicas chicas gesticuladoras subidas a los hombros de algún galán buscando concretar. Un pogo más tranquilo que con Loquero y Sin Ley, pero no menor, siguió de cerca la presentación, entre algunos papelitos y varios suspiros femeninos. Los más fieros, como diría Don Espinosa, un poco más atrás agotando las últimas cervezas, fernet, y algún que otro panchito.

A tono con el clima de elecciones, y el televisor de la entrada al Salón que reiteradas veces pasó propagandas del primo Frente de Izquierda que candidatea a presidente a Nicolás Del Caño, los Cadena entonaron sus canciones de tinte político combativo, aunque también las de índole amoroso. “Si me ves”, “Panorama”, y algunas como “La reacción” en la voz de Edu, fueron de las seleccionadas para redondear la noche que como en hacía mucho tiempo no pasaba, tuvo olor a festipunk.

La participación más larga de la noche, y por largo corrida de los horarios pactados y anunciados en las redes sociales, llegó al final cuando sonaron en último lugar “I wanna destroy you”, cover de Circle Jerks, y “Sigo acá”, himno de Cadena, que sigue gritando la vigencia de una banda que parece no hay con qué darle.

 

FOTOS: Gux Ramone.