Viticus: La vieja guardia sigue en pie

Jeans, botas, remeras negras, camperas de cuero, un flaco con una guitarra en su espalda, latas y botellas que van y vienen. Encuentros, abrazos, saludos, aplausos ansiosos, brindis. No está oscuro, se ve en el fondo el telón. Pulso. Pulso. Pulso. El bombo comienza a latir y los presentes dan dos pasos al frente. Un riff comienza a sonar.

Ese sonido ambivalente entre el pasado y el presente, la nostalgia y la convicción de que su música no puede quedarse atrás, es tan solo una fracción de lo que Viticus genera. El show comienza con fuerza y sin miramientos. El público no requiere calentamiento, ya están prendidos fuego. Podes preferir otro tipo de rock, podes creer que sin pedaleras ya nadie toca, pero no te olvides que el dueño de los graves en esta banda tiene una historia y es un referente de nuestra música.

Los espacios que hay entre el publico se ocupan a lo largo del show mientras que arriba del escenario Gastón Videla es presentado oficialmente en sociedad en guitarra y coros, reemplazando el lugar del hijo de Victor, Nicolas Bereciartúa, en la banda. Dato de color: Gastón, el año pasado, fue músico invitado por Viticus en el show del Teatro Vorterix.

La lista de temas es un espiral que pasa por distintos discos, la gente corea todos y cada uno de ellos y entre cada canción da gritos de aliento. “A Pappo Presidente y a Vitico Canciller”, los clásicos se repiten y este canto es inagotable. 40 años de historia carga en su espalda Victor y es evidente que no es poca cosa.

Llega el turno del invitado y llaman a un amigo de la casa. Walter Meza de Horcas aparece por detrás de la banda y da comienzo a “Ruedas de metal”. Walter se impone sobre el escenario, su timbre de voz es inconfundible, su rostro y facciones marcadas lo destacan. Se desenvuelve y mueve entre la banda con confianza y arenga para que la música se sostenga con la misma fuerza. El tema llega a su fin y Walter se funde en un abrazo con cada uno de ellos.

Varios falsos últimos temas comienzan a sonar y Viticus que no quiere parar. Ya perdimos la cuenta de la cantidad de temas que sonaron pero van dos horas de show y la gente está como en el principio. Los aplausos siguen sonando mientras la banda desaparece detrás del telón, “Vitico” Bereciartúa y secuaces dieron cátedra, de eso no hay dudas.

El año recién comienza para ellos y les queda mucha ruta por recorrer pero por suerte sabemos que algún momento van a volver a dejarnos ese gustito amargo de querer un poco más de rock.

 

 

FOTO: Martín DarkSoul.