Fall Out Boy: Huele a tecnología adolescente

La calle Gutenberg estaba completamente desierta, solo se veían allí a los encargados de seguridad del estadio Malvinas. Estoicos resistían el frio y guiaban a quienes de a poco llegaban. Adentro sonaban los Dinamita & La Swing Factory. La banda que llegó desde Uruguay para esta presentación entregaba rock and roll, vintage y clásico, a un público muy joven que desde temprano anunciaba su entusiasmo.

Algunos minutos después fue el turno de Los Otros, que con algunos problemas de sonido siguieron por el camino del rock más tradicional. Entregaron un set corto con algunas canciones cantadas en ingles que no alcanzó para conmover a quienes habían llegado a La Paternal para ver a los norteamericanos de Fall Out Boy (FOB).

Mientras una gran cantidad de técnicos ponían a punto el escenario, en el campo la histeria adolescente festejaba, incluso con algunos globos de colores, cualquier movimiento que presagiara la salida de los FOB. Las gradas de cemento estaban ocupadas en gran parte por madres y padres que acompañaban a sus jóvenes retoños en sus primeras experiencias con la música en vivo. Los minutos se acumulaban, igual que los chicos contra la valla cercana al escenario que apretujados sudaban la espera. Cuando el estadio se oscureció se produjo una explosión de gritos y luces. “Phoenix” fue la primera canción que los protagonistas tocaron encapuchados como lo hacen en casi todos sus shows.

El cuarteto de Chicago explotaba su pop juvenil, que nada tiene de punk, pero sí bastante de rock, que tiene su mayor baluarte en el feroz baterista Andrew Hurley. Veloz, melódico, pegadizo. Frente a un público fácil, ya cautivo antes de empezar el recital a fuerza de rotación en la televisión, la lista de temas incluyó casi todos las canciones del último disco Save Rock & Roll (2013) y muchos hits de discos anteriores. FOB eligió “Beat It” de Michael Jackson para hacer un cover, casi como para no dejar dudas que es una banda de pop.

Los de Illinois le pedían al público, que cantó y bailó mucho, que dieran tres pasos para atrás, y así y todo solo llegaba a ocupar un poco más de la mitad del campo. En un momento curioso del show los FOB pidieron que fueran los presentes los que iluminaran la acción con sus teléfonos móviles. Sin una sola luz, de la gran puesta que hubo, fueron los tecnológicos adolescentes los que dieron brillo a esta parte del espectáculo.

Con rock para discotecas, pop furioso, ejemplo de música comercial, Fall Out Boy cumplía con sus fans en la primera visita a nuestro país. 

 

FOTOS: Pato Berkovics.