Tabaré Cardozo: «Hago canciones para sobrevivir»

No hace falta mucho esfuerzo para darse cuenta de que Tabaré Cardozo es uruguayo. No porque ande con un mate de acá para allá, tampoco lleva la celeste calzada a toda hora. Pero si uno desconociera al personaje en cuestión, con solo escucharlo decir unas palabras, al segundo o tercer “¿ta?” ya estaría todo dicho.

Tabaré debutó en los carnavales uruguayos con la murga Falta y Resto, y en el 2002 sacó su primer disco solista, “Poética Murguera.” Autor de cuatro placas más, todas disco de platino en el Uruguay, integró Agarrate Catalina hasta el año 2011, murga de la cual continúan formando parte sus hermanos Yamandú y Martín.

Mezcla de rock, candombe y murga, las canciones de Tabaré Cardozo cruzan cada vez más seguido el río, y su popularidad de este lado del charco es cada vez mayor. Este domingo 20 de octubre, vuelve a la ciudad para confirmarlo en el Teatro Coliseo.

 

“La murga es una herramienta para decir las cosas que te preocupan”

“Vengo del basurero que este sistema dejó al costado, las leyes del mercado me convirtieron en funcional…” reza un pasaje de “Violencia”, de Agarrate Catalina. Compuesto por Tabaré Cardozo, es un análisis crudo pero excelente de dicha problemática, que alcanzó gran popularidad tras ser presentado por Víctor Hugo Morales en su programa de TV, “Bajada de línea.”

-¿Cómo nace el cuplé “Violencia”?

-“Violencia” es una canción que habla justamente sobre eso: la violencia, la delincuencia. Estábamos de gira por la Patagonia, veníamos en motorhome hacia Buenos Aires, y un día como a las 7 de la mañana me desperté con la idea. No había nadie despierto, salvo el chofer por suerte. Necesitaba algo para escribir porque se te va. Le pedí al conductor y me dio una fibra, y no tenía papel para escribir. Justo una de las chicas se había comprado un jean, y quedaba la bolsa de cartón, por lo que escribí el cuplé ahí. Después la pasé en limpio, cambiando algunas cosas, agregando cuartetas. Ese día llegamos a Buenos Aires, salí a hacer unas compras por el Once, y me robaron la riñonera, y ahí tenía la canción escrita. Mirá que paradoja que justo hablaba de eso. Volví desesperado, no porque me habían robado, ¡sino porque me habían robado el cuplé! Me fijé en la basura del motorhome y por suerte no habían tirado la basura. Entonces copié, todo de vuelta no me la iba a acordar. Hubo algunas cosas que las perdí cuando las pasé en limpio, se ve que había partes que no tenían que ir porque el destino no quería.

-Tanto vos con tu banda, como Agarrate Catalina, suelen tener un mensaje muy claro en sus letras, ¿qué buscan generar en la gente con sus canciones?

-La murga es un espacio divino, un espacio sagrado y precioso, que se utiliza como una herramienta para decir las cosas que te preocupan y que te inquietan, o que te divierten y te emocionan. A nosotros nos pega por el lado social, porque nuestras preocupaciones pasan por esos lugares. Creo que eso tiene que ver con las características de las personas que escriben, que en este caso somos mi hermano y yo.

 

“Cuando ganó el frente, llegamos al fin de la utopía”

“Civilizando al Pepe” es el nombre del cuplé que Agarrate Catalina tocó en los festejos por la asunción del Pepe Mujica a la presidencia uruguaya en el año 2010. Hijo de padre tupamaro, Tabaré habla sobre el desafío de mantener, con la izquierda en el gobierno, la mirada crítica que históricamente tuvo la murga uruguaya.

-¿Se complica mantener la mirada crítica con Pepe en el gobierno?

-Es un desafío grande, para la inteligencia, para la sensibilidad. Te sitúa desde otro lugar: es más difícil autocriticarse que criticar a los demás. Pero por otro lado, también es más fácil que en dictadura. Había censura, y si cantaban algo que estaba afuera del tarro los llevaban en cana, eso era bravo. Ahora es un conflicto ideológico: porque por un lado vos como militante de tu partido, del frente de izquierda, querés que le vaya bien, pero por otro lado, vos sos murguista y tenés que criticar, porque es la esencia de la murga. Pero a todos nos pasa eso. No solo a La Catalina, le pasa a todas las murgas. Por ahí como el Pepe tiene una gran simpatía con nosotros se resalta más… Yo creo que el gobierno tiene una cantidad de cosas para cambiar. Cuando ganó el frente, llegamos al fin de la utopía, ahora empezó el laburo. Y la gente es la misma. No es que vaciamos el país, que los que había antes eran todos chantas y ahora son todos buenos. Es la misma gente, que votó a otro. Pero los funcionarios públicos son los mismos, nosotros, los votantes somos los mismos, es decir que no puede ser algo mágico. Antes había corrupción, pobreza, ahora también. Los gobernantes por ahí tenían políticas que eran menos sociales, pero la gente es la misma…

-Claro.

A mí me cambió un poco la cabeza, de que no es: “los gobernantes son todos unos chorros”. Y lo digo ahora con el frente en el gobierno. Por ahí mañana está el partido Blanco, el partido Colorado, y voy a tener más cautela a la hora de criticar.  Porque era muy fácil pedir “aumento para los maestros, y sáquenle a los gorilas”, era fácil esa reivindicación. Ahora que está el Frente en el poder hay un lío bárbaro porque no alcanza la guita. ¿Y quién más que el Pepe les va a querer subir? Y los maestros tienen que ganar más, no hay vuelta que darle, no puede ser que ganen lo que ganan. Pero no hay, no hay de donde sacar. Entonces, me ha cambiado mucho la cabeza, y si hoy o mañana vuelven los blancos o colorados, voy a ser más cauteloso a la hora de criticar, porque no es llorar y pedir.

-En Argentina últimamente varios artistas que se mostraron públicamente a favor del gobierno nacional recibieron críticas, a Agarrate Catalina en Uruguay también se la ha criticado por ser una “murga oficialista”… ¿cómo manejas vos ese rol de “artista-militante”?

-Es difícil eso, porque desde la oposición es fácil. Cuando vos fuiste toda la vida oposición, como nos había tocado a nosotros, siempre la izquierda siendo oposición, estaba bien visto que un artista se la jugara políticamente. Una vez que es oficialista, queda mal. Es una frontera delicada. Jugar con el caballo del comisario está mal visto. Pero por otro lado, uno tiene sus convicciones ideológicas.  Yo de cualquier manera creo en la libertad y la independencia del arte. Creo que cuanto más independiente sea un artista, mejor. Cuanto menos ligado a ataduras políticas, cuantos menos compromisos tengas, más libre sos.

-¿Hay algún tema “tabú” a la hora de componer?

No. Nosotros al Pepe le hemos dado mucha guasca, y él se la banca bien. Y al gobierno le hemos dado, a Tabaré Vázquez cuando dijo lo que dijo de Argentina también le dimos, y Tabaré es del frente, y le dimos con un caño. Todo se puede hacer canción, desde la realidad que te circunda, las cosas que te pasan, las historias que te cuentan, la gente que ves. Son todo material para convertir en canción. Pienso que a todos los artistas les pasa algo similar: su entorno lo condiciona para escribir cosas. La manera de canalizar, interpretar la realidad, decodificarla es haciendo canciones. Yo hago canciones para poder vivir, para exorcizar una cantidad de demonios, de dudas, de miedos, de certezas, todo lo pones en una canción.

 

“Malandra plantea el problema de la violencia visto de los 2 lados del mostrador”

Alejado de la dirección de Agarrate Catalina, este año encuentra a Tabaré Cardozo en plena etapa de grabación de su próximo CD, “Malandra”, que sale  a las calles este mes de Octubre. “Se llama así porque una de las canciones, “Malandra”, plantea un el problema de la delincuencia visto desde los dos lados del mostrador: desde el lugar del delincuente y del otro. En  “Cuplé de la violencia” estaba visto desde un solo ángulo, el del pibe que sale a robar… acá está visto desde los dos lugares. Aquello como diagnóstico social de porqué pasa lo que pasa, y esto como una doble mirada, para ponerse en el lugar del otro. Uno poniéndose en el lugar del pibe que sale afanar, y a su vez tratando que el pibe se ponga en el lugar tuyo, porque nadie quiere que le maten a la madre, nadie quiere que le pongan un chumbo en la cabeza cuando sale de laburar. Es un poco esa la temática, pero también hay que saber que las cosas pasan por algo”.

-Tus últimos discos, a comparación de los primeros, tienen mucho más rock que murga, ¿es algo pensado o se fue dando así?

-Son momentos, etapas de la composición. Malandra es prácticamente un 90% de rock. Tiene coros de murga, pero no hay una canción murguera. Son 12 canciones y hay dos murgueras, el resto es todo rock. Es lo que me está saliendo ahora. En todos los discos metía alguna canción de rock y la preponderancia era la murga, pero ahora estoy en este viaje.