Un año bien cargado para Paprika, con la salida de su nuevo trabajo Por la Borda, decorado de grandes shows en La Trastienda o Niceto entre otros, más sus ya clásicas pateadas por las calles de la ciudad y alrededores para ofrecer su música con quien se cruce en su camino.
El broche de oro llega este sábado 14 de diciembre en Beatlow del barrio de Palermo. “Fue un año de mucho laburo”, reconoce el saxofonista Agustin Alabarces. “La banda viene aceitadísima, los ensayos son más relajados y todo sale más fácil, desde lo musical hasta cuestiones de logística como por ejemplo mover la escenografía. Aprendimos mucho en todos los años que lleva la banda y sentimos que este show lo encaramos a puro disfrute, y esperamos que eso se transmita en el escenario”.
-¿Qué les dejaron los shows en Niceto y La Trastienda de este año? ¿Cómo vivieron esas noches?
-El show de La Trastienda fue la culminación de un montón de esfuerzo de la banda y de mucha otra gente que trabaja con nosotros, un montón de estrés, pero sin dudas salió como queríamos, fue una fiesta en todo sentido. No podríamos haber quedado más satisfechos con cómo salió todo. Y eso también hizo que fuéramos a Niceto mucho más tranquilos, sabiendo que estábamos a la altura de escenarios importantes como esos. La verdad que disfrutamos muchísimo ambas fechas.
-A meses de su salida, ¿cómo van viendo la repercusión de Por la borda?
-Es un disco completamente distinto al primero, no sólo en lo musical, sino en la profesionalidad con la que lo hicimos, y creemos que eso se nota. Son dos bandas distintas prácticamente. Nos costó muchísimo poder grabarlo, juntando moneda por moneda en la calle, pero estamos súper contentos con el resultado y creemos que nuestro público también lo está. Salimos a La Trastienda con el disco recién salido del horno, sin saber qué les había parecido y cantaron hasta el tema instrumental.
-La movida callejera es sin dudas una de sus características, ¿qué es lo mejor de tocar en la calle?
-Lo mejor es la alegría de la gente, es hacerles pasar un momento distinto, lindo, de disfrute que no se esperaban. Siempre tratamos de ponerle la misma energía, pero cuando la gente se prende y responde bailando, sonriendo, nos impulsa a dar todavía más y se generan momentos muy lindos. Sobre todo con les más chiques o les más grandes, que no tienen inhibiciones. Hay muchos momentos en la calle que vamos a atesorar por siempre, nos han dejado mensajes hermosos, es inigualable.
-¿Pasaron por algunos momentos más complicados en ese contexto?
-Sí, nos hemos tenido que pelear mucho con policías que quieren hacer abuso de poder, que no respetan las leyes, que nos amenazan. Pero por suerte como somos muchos sabemos que nos podemos hacer respetar, cosa que no les pasa a artistas callejeros que salen a trabajar solos y no tienen cómo defenderse del abuso policial.