Circus Dei siempre coqueteó con la nostalgia. El pasado bien presente en sus canciones nos puede remitir por estética y musicalidad a grandes momentos de las décadas del ‘80 y ‘90. A finales de 201 llega “YEN2”, su nuevo single que ya de entrada con su título nos trae un lenguaje bien actual y entonces podemos empezar a pensar que nos encontramos ante un nuevo camino de exploración de una banda que ya nos tiene acostumbrados también a esa constante búsqueda.
“Creo que uno siempre está en el medio tranzando entre lo que fue y lo que quiere ser”, se convence de entrada el guitarrista Dante Suárez ante la cuestión sugerida en el párrafo anterior. “Y en el medio está el presente”.
-¿Cómo es ese presente?
-Justamente hoy en la actualidad hay una vuelta muy fuerte a estéticas reinventadas desde una mirada nostálgica: los colores, las texturas en el audio, la vuelta triunfal de los sintetizadores y las máquinas de ritmos que en los ‘80 marcaron época y hoy los usan todos los artistas que quieren sonar actuales. Qué paradoja, ¿no?
-¿Cómo se plantan ustedes?
-El hecho de ponerle “YEN2” fue porque la canción también se prestó a eso, hablaba de comunicación de voces eléctricas, de querer conectar con el otro. El tema iba a hacer referencia a las llamadas, los buzones de voz… ¿pero quien carajo dice «buzón de voz»? YEN2, vieja, es así… Estamos acá y es el idioma que usamos. Ni hablar que el meme a nivel comunicación es hermoso y hubo que pelearse con algunos que no entendían la referencia, eso me convenció más.
-Así y todo, siguen un eje musical por el lado de lo que ofrecía su disco La Línea. ¿Se plantean transformaciones musicales cada vez que piensan en algo nuevo?
-Es cierto, hay cosas de La Línea, somos nosotros los que estamos atrás, es inevitable. El proceso artístico es acumulativo, uno siempre trata de sumar cosas nuevas y buscar texturas, la forma de contar una historia no solo desde la letra sino desde los sonidos me parece fundamental. Por ejemplo, en “YEN2” todo se compuso en Ableton, incluso todas las baterías son electrónicas, se dejó espacio para dos o tres elementos analógicos que tenían que resaltar con ese concepto del intermedio electrónico que modifica la realidad. Una especie de meme auditivo.
-En el show pasado en La Tangente tocaron otro tema nuevo que aún no salió. En estos tiempos que corren, ¿serán ambos temas parte de un disco, o seguirán sacando singles?
-Por ahora lo vemos como material, seguramente salga en formato single. Hoy por hoy se necesita estar activos, siempre contando algo y dando material para estar vigentes. Igualmente tenemos pensado incluir esto en un material el próximo año, aunque el single creo que va a seguir funcionando, también por la cuestión económica que nos deja este gobierno nefasto donde pensar en un disco bien hecho nos dejaría parados unos buenos meses.
El domingo 17 de noviembre Circus Dei se presenta en Lucille, volviendo a Palermo luego de aquel show en La Tangente con entradas agotadas. “Lucille va estar cargado de cositas para que disfruten, siempre tratamos de darle una dimensión más al cubo, lo que te puedo contar es que vienen muchos invitades que van a dar que hablar”.
-Había una canción suya, «Ballet cósmico» que la emparentaron con una parte del episodio San Junipero de Black Mirror. ¿Qué época elegirían ustedes para estar eternamente?
-¡Uh! te acordas? ¡Ojalá tuviéramos la teka para hacer algo así algún día! Te juro que ideas sobran… ¿se puede dejar un link acá para que la gente ponga plata? (risas). Nos gusta lo vintage, los sintes, siempre vamos a evocar los ‘80 y los ‘90 porque nos representan… pero también disfrutamos de estar acá en el presente, donde pasan las cosas, donde podemos hacer cosas para que mañana sean realidades. Es un poco la batalla de todos esa, culturalmente estamos todos reciclando el pasado, en la música, en las películas, en los discursos, pero lo importante es el hoy y lo que hacés para que mañana todo sea mejor.
FOTO: Rosa Floyd