Este sábado 6 de septiembre Parapipou se presenta en Niceto mientras presenta su nuevo video clip de la canción “Yo amo a la TV”, multiviralizado por las redes sociales en estas últimas semanas, en el cual a través de una larga intro aparecen figuras de la tele contando por qué aman (y por qué odian) a ese aparatejo rectangular que tanto nos tiene hipnotizados.
“Para nosotros es una genialidad mezclar el rock con la televisión”, asegura el cantante Mauro Delbon y profundiza al respecto: “Somos todos seres humanos expresando una idea, las divisiones son una ilusión. Siendo la televisión tan importante, nos guste o no, para modelar nuestra cultura, haber podido conseguir este trabajo conjunto es para nosotros realmente un placer”.
-¿Cómo surge la idea del video a partir de una canción con una letra muy cruda y crítica?
-La idea nace del realizador Pablo Cortés, que trabajando en otro video de la banda pudo escuchar nuestro disco. Él trabaja en televisión y al escuchar el tema se le dispararon un montón de sensaciones que nos comunicó. Para nuestra sorpresa, se sintió muy identificado con la letra, tanto que consideró que no solo él, sino mucha gente que trabajaba en la televisión, podrían llegar a apoyar y participar. Fue así que nos propuso materializar la idea y a nosotros nos pareció genial.
-¿Qué vamos a ver en el show de Niceto? ¿Qué se puede adelantar?
-Se va a ver la fiesta de Parapipou en su maxima expresion, un escenario con casi veinte personas en acción, muchos temas que hace rato no tocamos, reversiones, temas nuevos, e invitados de lujo. Y también a los chicos de No Pares que tocan primero y la verdad es un placer verlos tocar.
Parapipou es una banda que mezcla ritmos y estilos, con mucho de rock, ska y tintes latinos, en los que sus integrantes reconocen influencias de bandas del género como Sumo, La Bersuit, Los Piojos, Los Fabulosos Cadillacs, Los Autenticos Decadentes o Kapanga. Pero hace un tiempo ya que la banda resalta también por cuestiones extra musicales, produciendo fechas y gestando ciclos para que muchos artistas expresen su arte. Cada tanto se pueden ver las Fiestas Parapipou (“Organizadas integralmente por nosotros, nos dieron la posibilidad de poder hacer la entrada gratis al público, y recuperar con los ingresos de la barra, y así poder organizar fiestas gratuitas para mil personas. En la última invitamos a tocar a Karamelo Santo”). Martes de por medio se puede visitar con entrada gratuita Makena y disfrutar de bandas en La Ciclola, y el próximo domingo 21 de septiembre arranca el Festival ATP en Uniclub (“La idea es acercar a los chicos de colegios secundarios y a las familias a las bandas under”), todo bajo la conducción de Parapipou.
-¿Cómo nace La Ciclola?
-Todo empezó porque queríamos tocar gratis nosotros y no conseguíamos forma de hacerlo con un buen nivel de sonido y producir. Este ciclo fue una solución para nosotros y a su vez nos permitió ser una solución para muchas otras bandas. El objetivo de La Ciclola es que sea un lugar de difusion para las bandas, es gratis al público, el sonido es de primer nivel y el trato que damos a las bandas es el que nos gustaría que nos den a nosotros. Todas las movidas que armamos son en general todos eventos sin margen de ganancia, pero sentimos que dejando la ganancia de lado hemos podido llegar a lugares y personas que nunca hubiésemos podido llegar de otra manera.
-¿Sintieron como algo indispensable adentrarse en esos aspectos?
-Por un lado fue necesario porque queríamos crecer como banda más rápido de lo que el contexto nos permitía, entonces modificamos nuestro contexto, y nos volvimos todas las partes de la ecuación: la banda, la producción, la prensa, etc. Hoy vemos que no nos equivocamos, y a su vez, el ser todas las partes, nos permitió entender también mejor como funciona todo, todavía nos falta mucho por aprender y mucho por crecer, pero estamos preparados y mentalizados.
-¿Cómo ven la actualidad del «Sistema rockero» y las posibilidades de tocar para el under?
-No escapa al resto de los sistemas de la sociedad en la que somos parte, hay mucha improvisación, hay mucha informalidad y hay mucha pero mucha corrupción, pero por sobre todo, creo que a diferencia de otros ámbitos hay mucho desconocimiento: un comerciante en mayor o menor medida conoce las normas que regulan su negocio, el músico conoce la música, pero todo el resto del mundo del que forma parte en general le es ajeno, lo cual lo deja muy desprotegido. La información es poder, y escasea entre la generalidad de los músicos, por lo tanto el poder está en otro lado.
-¿Cambió algo la escena respecto a siete, ocho años atrás donde era casi imposible tocar en Capital?
-Sigue siendo imposible tocar en Capital: los monopolios se reagrupan, y todo lugar fuera de los monopolios comerciales es clausurado. Y la última barrera que eran los centros culturales, hoy están en extinción.