“Es un momento muy raro de la banda, como el del país”, asume de entrada Pepo San Martín, cantante y guitarrista de Científicos del Palo, mientras no dejar de mostrar su asombro por el gran año que tuvo la banda en 2024 agotando diferentes lugares recordando lo que fue su emblemático álbum La Histeria Argentina (2013).
“El año pasado se acomodo todo de una manera extraña, volvió a aparecer mucha gente que no recordaba que existía, una especie de celebración de tantos años de remar. Ahí el horizonte volvió a ser otro. Yo venia con pocas ganas de tocar después de la pandemia y esto me hizo rescatar, no poder desacelerar ahora. Me estaba dedicando más a tocar solo, otra cosa que me gusta mucho, funciona a otros niveles, pero es distinta la adrenalina y la reacción de la gente con la banda”.
El maravilloso mundo de Científicos del Palo
Así entonces, después de agotar dos Uniclub y llenar El Teatro Flores, los marplatenses se proponen comenzar este año con dos shows en The Roxy Live (6 y 7 de marzo) para conmemorar los diez años de otro recordado álbum, EMMA, o El Maravilloso Mundo Animal. “De repente estamos haciendo dos fechas en un lugar en el que antes hacíamos solo una. Es increíble que una banda tan chica genera estas situaciones, nunca termino de estar agradecido. Muchos nos escribieron que iban a venir los dos días y es hermoso, y algo que yo no haría ni en pedo (risas)”.
―EMMA es sin dudas un álbum oscuro y más existencialista.
―Me gusta mucho, es muy oscuro, me acuerdo que mientras lo estaba haciendo era esa mi voluntad, ir a un terreno que la banda nunca había visitado. De meter algunos sintetizadores que sumó Lucas Gomez, el productor, algo que en Justicialista (2017) después quedó más blanqueado. Al hablarle a mi hija del mundo se me dio por entrar en esa tesitura de oscuridad en las letras, que calculo que tiene algo que ver con mi visión del universo, si bien me gusta vivir, está latente esa fina película de destrucción y muerte para que mi hija estuviera al tanto. Me gustaba mucho el concepto de Herencia para un hijo gaucho de José Larralde, de un tipo hablándole a alguien, e hice lo mismo con mi hija. Que todas las canciones hablen de algún ítem de la vida me parecía que ya había un concepto demasiado sólido. Me gusta cuando se me ocurre una idea así porque después solamente hay que rellenar cajones, se me hace más fácil todo.
The war is over
Hace pocos días, Pepo recordó en redes un posteo de su padre riéndose de la vestimenta de su hijo en el festejo del Bicentenario en 2010. “Se ve que las cuentas estaban al día”, resaltaba el cantante para homenajear a su padre fallecido el año pasado. “The war is over” es una canción de Gorilophenia (2010) que retrata perfectamente una relación padre/hijo con asperezas y con final feliz.
“Tuve esa actitud bastante adolescente de confrontar a los padres, pero justo en esa etapa mía mi viejo se rompió un poco. Porque nosotros nos fuimos en el exilio. Con mis viejos, ambos peronistas, para protegerme a mí que recién había nacido nos fuimos a España, ahí nació mi hermano, y volvimos recién a finales de 1982 cuando ya se veía que volvía la democracia”, nos cuenta Pepo y continúa: “Entonces él siempre cargó con esa culpa de sus amigos desaparecidos y se cobraba no haber estado. Estaba muy violento, frustrado, yo salía de la mano con él y se cagaba a piñas muchas veces, por lo que yo de más grande lo empecé a discutir, diciéndole que era un violento”.
―También ese confrontar y comprender, dudar, la adolescencia pura.
―Y sí, si bien por un momento fue violento, más de grande me di cuenta de la carga pesada, ver que habían matado a sus amigos y él se fue para cuidar a su familia, la mente en un momento se lo cobró. Yo no veía todo ese contexto, después encima mis viejos se separan, y no nos llevábamos del todo bien, nos veíamos poco. Esto fue en los ’90. Cuando nació mi hijo ahí entendés más cosas, desde 2002 entendí mucho, volvió todo un amor, hice esa canción, se la mandé y si bien no hablamos mucho de eso se acomodó todo. Empezó una relación mucho mejor. Hoy mi hijo tiene ya 23, y yo aplico un montón de cosas que mi viejo no, lo abrazo, le rompo los huevos, como que me paso un poco para promediar. Aunque por escrito sí me transmitía cariño, a veces me escabio y me quedo leyendo los chats con mi viejo en la madrugada (muy autodestructivo lo mío) y es espectacular lo bien que me llevaba, yo no me acordaba tanto. Mi viejo era un escritor, militante de la noche, muy particular, compartía un montón de cosas mías. Con mis hijos no soy un clásico padre, los boludeo y todo, pero el “te amo” trato de que quede muy claro.
―¿Cómo te recordás a vos creciendo con ese contexto social y político que acarreaban tus viejos?
―Supongo que todos tendremos una relación de admiración o representatividad en nuestros viejos, pero la postura ideológica siempre fue intachable, gente muy leal en el sentido de no traicionarse ideológicamente o de hacer siempre lo que pensaban. Nunca me adoctrinaron ni nada, ya de chiquito yo algo entendía de por qué no habíamos estado en nuestro país, pero no era que me decían nada, hasta eso hicieron bien. Si hubiera querido ser un niño libertario me hubiesen dejado, y habría sido un adelantado (risas). Y yo trato de hacer lo mismo con mis hijos, capaz un poco escabjo les digo “viva Perón”, pero tranqui. Mi hijo me sorprendió con mucha data, es muy sólido ideológicamente, creo que se transmite, y con él no viví esta etapa de que me discutiera aunque sé que varias veces le doy vergüenza. Muy instruidos mis dos viejos. Mi vieja es re combativa también, re picante, si un tachero la gorilea le dice “hasta acá”, paga y se baja, pelea. Como yo soy medio cagón, no salgo de mi casa y no voy a marchas, bueno, entonces hago canciones.
Justicialista
―¿En qué momento estás respecto a la composición?
―El Pepo solista es una máquina de hacer canciones. Mi viejo murió en mayo y con mi hermano hicimos un disco en dos meses con textos de mi viejo. Sé que esas oleadas todavía me suceden, si hago una canción salen todas en masa, pero con Científicos no me están pasando. Sí me pasó en 2022 apenas salidos de la pandemia, y hay muchas maquetas que pueden andar, sé que si me pongo y hago más temas sale un disco. Pero tengo una traba, un disco en vivo (Justicialista Vol. 3) que grabamos en Niceto y GAP que no puedo terminar por varias razones. Toca Angelito, batero que ya no está, aunque nos seguimos viendo y nos queremos, pero es mostrar una etapa que ya no es. Y eso que las imágenes de Leo Mercado son geniales. No sé si grabar imágenes con el batero nuevo, Manu Cena, estoy trabado.
―El vivo frena al estudio.
―Sí, no me queda otra que enfrentarlo y decidirme, ya sea para hacerlo o para pasar a una nueva etapa. Yo era mucho más expeditivo antes, era muy raro que tarde dos años para definir algo en lo que es lo musical. Por alguna razón cósmica no lo puedo terminar, pero ya tengo la meta de que, si no es este año, no es más.
Desde tiempos de Facebook Pepo generó hace muchos años una manera muy particular de comunicarse con su público, de manera cómplice y muchas veces al límite. La rutina sigue en tiempos de Instagram y Twitter (y de Trolls), aunque asegura que los Trolls no allanaron el camino de la banda. “Evidentemente no somos un fenómeno masivo porque no sufro ataque alguno salvo contadas veces. Estoy en un círculo seguro. En Instagram ni hablar, en Twitter es más picante, pero nada, cada tanto un boby y ya”.
―¿Y a nivel general?
―Te digo que me gusta que la gente se exprese, aun cuando no coincido, me parece bien. Yo estoy pendiente de la opinión de la gente que respeto intelectualmente, incluso hay gente que piensa como yo que parece medio boby como se expresa y como argumenta. Me parece que leer al que uno no coincide hace bien, y si es un imbécil uno dice “bueno, mirá como piensa un imbécil promedio”. Después tenés un Horacio Cabak que parece que ahora es un personaje picante y decis por qué, pero bueno, vos vas viendo desde qué cloaca lo dice, así todo medio Adorni, ¿no? Hay desde ese otro lado también gente lúcida, aunque sea poca. Tampoco me parece que la autocrítica tenga que ser pública, ese “ah, no dijiste nada”, y yo no tenía que decir nada. La verdad que, salvo excepciones, a Alberto no lo dinamité, porque para eso está todo el resto. Tampoco lo defendí, pero bueno, la señora nos tiró ese muñeco y hay que bancársela, tenemos gracias a eso al peor presidente que se podría haber puesto. Entonces yo no le pido a cualquiera del otro lado que diga “está todo mal”, para eso estamos nosotros.
―Se bajó la vara argumentativa de todas formas.
―Totalmente, porque ya no es una discusión con ideas. Yo sigo mucho a Rebord, me parece muy lúcido, que dice que la cuestión que vale solamente es tener razón, cerrarle el culo al otro con argumentos chotísimos, meter un tuitazo. Me parece que ante un gobierno como el de ahora absolutamente negligente, malaleche en el peor sentido, de poner valores que ya no estaban, porque el presidente no decía “mogólico” antes, imagínate a Cristina levantando un Tramontina, y este está con la motosierra y es simpático. Pero fuimos garchados de una manera tan cruel con las reglas de juego, que uno no pude pretender que Jorge arroba La libertad avanza sea un tipo centrado, pero bueno, el que no ve que esto no funciona ya no hay mucho que explicarle. Este es un experimento tan extraño, ahora te tiran que baja la inflación, dejan de bombardear con eso que antes hacían a pleno, y es tremendo porque hasta yo estoy mas tranquilo. Esto es la muerte, pero no están con el fuego de dólar, el tipo hace una mega estafa y sale un titulito y ya, no pasa nada, estamos todos más tranquilos. Increíble.
―¿Por qué decidieron tocar La Histeria Argentina el año pasado?
―No sé, pero fue la mejor decisión (risas). Estábamos sin batero, me crucé con el disco y recordé que nunca lo habíamos tocado entero. Le dije a Seba Quintanilla, que fue quien lo grabó y algo se iba a acordar, me respondió que sí, publicamos los shows y se agotaron. Nunca me había pasado algo tan simple en mi vida, el grado de tranquilidad que produce que las cosas se agoten dos meses antes nunca lo había vivido así tan fácil, agotamos dos Uniclub en diez días. Ahí entendés qué dinámica tiene el artista de otras ligas. Tenés otras preocupaciones, pero esa preocupación de pensar como pagarle al fletero no está, acá ya sabés todo y hasta lo que vas a ganar, y ahí después llegamos también a El Teatro Flores, y yo no lo podía creer. Ojo, llenamos Flores en noviembre y ahora no la tenemos tan fácil con estos dos shows que se vienen.
―Hace más de 10 años, cuando salió La Histeria te pregunté cómo se podría llamar un bonus track que aparezca en un futuro y me respondiste “El funeral del neoliberalismo”.
―¡Por suerte no la compuse! Pero bueno, ojo, la podría haber defendido. Macri la chocó toda, pero después vino un tibio tremendo, después encima salta que era un violento y un cagón, así que chau, después de todo eso viene esto que es insostenible, porque lo otro es una negligencia dentro del juego constitucional, ahora estamos en un experimento que ya no sabes si nos va a llevar a la tercera guerra mundial. Más allá de la estafa cripto, que haga un canje en sus redes un presidente decís qué hacés, qué mierda pasa. El daño que produce esto al largo plazo va a ser duro, trato de no pensar aún, aunque habrá que combatirlo. Es destructivo, pero a la vez gracioso, el país está viviendo una película de terror.
Duele
Científicos del Palo trabajó durante mucho tiempo con Félix Contartese, productor y amigo de Al Borde del Tiempo desde el año 2006. Félix se enfermó y falleció en 2019, poco tiempo después de dejar de trabajar con la banda, con la que había estado durante muchísimos años. Decenas de entrevistas, entre la radio y la web, existieron entre Al Borde del Tiempo y Científicos del Palo durante doce años. Recién ahora, seis años después de aquel momento tan inolvidablemente triste, volvemos a hablar con Pepo, y desde la web no queríamos dejar de recordarlo.
―Sabemos lo importante que fue Félix para ustedes, también para nosotros y para muchas bandas emergentes que la peleaban día a día. No te voy preguntar nada, simplemente es un “desarrolle”…
―Yo lo conocí por un flyer que decía Felixmente (su productora), lo busqué, le escribí. No soy bueno con los años, pero creo que era 2007, y yo era un marplatense que no sabia como tocar en Capital. Se re copó y ya desde el primer minuto vi que era absolutamente leal, un soñador, un demente, remando a fondo, tratándote bien, muy intenso, un personaje que te podía llegar a disecar de la cabeza, desde al amor, pero muy vital. Nos fusionamos y era todos los días hablar horas para ver qué hacer, yo le exigía y era insoportable, aunque entiendo que era la dinámica que supongo debe haber entre músico y mánager. Tocábamos en Morón, por ejemplo, y se tomaba dos colectivos con un bolso, entradas, volantes, creo que es el chabón con más energía vital que vi en mi vida. Lejos con nosotros de ganar plata, recién en la ultima etapa un poco. Vivimos momentos espectaculares. Fueron muchos años de relación, de hablar todos los días, y empezó a haber desgaste, algunas peleas aunque no tanto, él era muy sensible, no le gustaba que peleáramos y se ponía mal, yo era más parco y además sentía que estaba bien ese proceso también para llegar a algún fin. Recuedo que nos sumó a un sello, nos peleábamos con el sello, él en el medio, hasta que decidimos irnos de ahí, y nos juntamos acá en mi casa a charlar, ya creo que era 2018.
―Ahí fue que dejaron de laburar juntos.
―Tuvimos una reunión en la que tratamos de terminar lo mejor posible, le pregunté con quien te molestaría que no trabajemos para no hacer cagadas, quedamos de acuerdo incluso en el próximo manager. Pero después de ahí se enfrió la relación, necesitaba un poco de distancia, uno no imagina que un amigo a los 40 años se va a morir. En esa distancia al tiempo alguien me dice que Félix está enfermo y todavía no estábamos en un momento para hablar (hace una pausa)… Le escribi varias veces “para lo que necesites”, “sí, gracias”, pero todo muy seco. Siguió la vida y seis meses más un amigo en común me dice “es ahora o nunca” y la verdad que no entiendo por qué no fui capaz de viajar, yo tenía la esperanza de que iba a zafar. Tuvimos una última charla que la tengo guardada todavía donde le dije “entiendo que somos humanos, todo ha sido horrible este ultimo tiempo, pero te amo”, él también me dijo lo mismo, le dije “ya vas a salir de esta y nos vamos a ver” y no pasó. Agradezco infinitamente haber tenido esa última charla, ese intercambio de mensajes. Es raro, porque te queda la última impresión, que supongo que sí, estábamos enojados, pero no lesiona un proceso en el que estuvimos 15 años abrazándonos y diciendo que nos queríamos todos los días de nuestras vidas. Pero era un soldado, nos ayudó muchísimo, debo pecar que yo no lo pude resolver, no sé si le agradecimos públicamente alguna vez, más allá de alguna publicación que hice, así que me parece que este momento que estamos teniendo ahora es un buen momento. Uno no sabe cómo quedó la situación con el entorno, lo que piensan otros amigos de mí, pero uno termina de resolver que yo sé realmente lo que viví con él, y es una situación muy anómala que vos veas morir a un amigo a esta edad. Pero sin dudas que a nosotros nos salvó la vida, y creció con nosotros laburando también, como manager, con otras bandas. Y era eso, remar, remar, remar, y ver si una notita nos podía hacer crecer un tres por ciento.
―La pasión constante por todo lo que hacía.
―Yo creo que se consumió, usó todo el recurso vital que tenía. Explotó. Yo nunca vi a nadie que hiciera todo al 100%, veías su monitor, tenía abiertas 12 mil ventanas y nunca llegaba al show y se olvidaba algo, era una máquina. También con eso se alimentaba como el orto, vivía comiendo alfajores y tomando café, pero vivió a fondo, pobrecito, ojalá la vida le hubiera dado más, pero fue un ejemplo de como vivir al máximo. Con cero maldad, aun cuando se enojaba también era cariñoso. Una gran persona. Pero justo cuando yo necesitaba un espacio él se enferma feo, yo me entero medio avanzado y no tuve lucidez, le escribía, pero nada más, tampoco lo quería invadir, y además su mensaje de respuesta no era una catarata de amor. Pero nos quisimos violentamente. Por más que fue por mensaje, quedaba claro que toda esa pelotudez que había pasado no alteraba en nada 15 años de amor.
―Gracias por tu respuesta.
―Gracias a vos por traer este tema, que evidentemente me hacía falta, porque hablé un montón.
Foto de portada: María Paula Villagra (Archivo ABdT)