El cantautor Nacho Antón continúa dándole rienda suelta a su proyecto solista Antón & Los Libres, luego de haber liderado la banda Mono Moncho, con la que grabó dos álbumes.
EP24 es la novedad discográfica actual y será presentada en vivo este viernes 8 de noviembre en JJ Circuito Cultural ubicado en el porteño barrio del Abasto. “Hacer este EP fue un placerazo”, se sincera satisfecho Nacho. “Fue mucho laburo desde mi home studio, y eso, si bien desgasta porque es difícil encontrar el límite de tiempo que uno le dedica a las canciones, me ceba mucho, me gusta. Es un camino muy enriquecedor el de estar laburando las canciones desde la cueva de uno”.
La producción fue realizada en conjunto con Marcos Raviolo, de Estudio Velador (Bariloche), y la distancia tuvo su impronta: “Fue todo por Zoom. Una cosa muy futuristica, bizarra, pero real. Con Marcos venimos laburando desde el inicio de Antón y los libres, nos entendemos. El grabó también unos bajos, guitarras con slide y sintes”. La mezcla y el máster, por su parte, fueron llevados a cabo por Mariano Palmadessa. “Otro monstruo en lo que hace. Con el también tenemos una relación muy copada, muchos trabajos hechos juntos desde los tiempos de Mono Moncho. Es un placer que siga sumando sus magias a las canciones que hago”.
―¿Qué sentís que tu faceta solista tiene como distintivo respecto de lo que fue Mono Moncho?
―Las formas de componer y producir fueron mutando mucho. Si bien algunas cosas se mantienen parecidas en los procesos, yo ya no soy la misma persona, por el paso del tiempo mismo. Pasaron ya 3, 4 años de la última fecha de Mono Moncho, es un montón. Uno cambia, aprende, se la pega contra paredes grosas. Por su parte, creo que mantengo esto de componer con la libertad de darle a la canción el color y el ritmo que me pida. Eso no se perdió, todo lo que contrario, me siento más experimentado en el tema, más empapado y lo disfruto más que hace algunos años.
―La impronta latinoamericana siempre está vigente en tus canciones, ¿qué recordás de esa música en tiempos de tu formación?
―Creo que la música latinoamericana nos toca muy de cerca a todos. Somos latinoamericanos y está en nuestra sangre y en nuestra forma de vibrar. Hay quienes, por cuestiones sociocultrales, o para caretear alguna cuestión que solo ellos entienden, deciden escaparle a eso. No es mi caso. Directamente hablando de música y con recuerdos más concisos, recuerdo a mi viejo escuchando Silvio Rodríguez, Caetano Veloso, Ismael Serrano mientras nos cocinaba una comida típica de padre recién divorciado, algo fácil como para zafar. Recuerdo a mis amigos pasándome data de rock argentino. Un amigo que me pasó mucha data cargada de sabor latino fue el Chila, ese que menciono en la intro de «Respirar, soltar, amar». Personaje que reforzó el lazo con Alvaka, batero de Mono Moncho, quien también me pasó mucha data de músicas latinoamericanas. La cumbia y el chamamé sonando en las radios de Gualeguay también son músicas que me marcaron mucho. De todas formas, creo que me terminé de encontrar más con esos estilos ya de grande.
―Se viene el show en JJ…
―Tenemos preparado un encuentro muy especial. Muchos invitados, una lista de temas larga y muy variada, con momentos de agite, de calor humano y momentos de reflexión, más introspectivos. Va a ser realmente una noche única para mí como solista, y para nosotros como banda también. Estoy compartiendo escenario con gente muy zarpada, que hace que las canciones tengan otro color y, si uno está receptivo, te atraviesan. Así que los invito a todos y todas les que quieran sumarse a este encuentro, que no la duden y que no se la pierdan porque va a ser una noche única.