“Suena una canción a un millón de años luz”. Así arranca “Irse es volver”, lo nuevo de Batmandeluxe, y ya podemos entonces entender por donde va la cosa: Gustavo Cerati presente de principio a fin, y un homenaje (nunca mejor dicho) con todas las letras. “Todo fue surgiendo de manera natural”, confiesa el cantante y compositor Pol Bolea. “Fue por el amor a él y a todas sus canciones. Era una manera de devolver un poquito de todo lo bueno que yo sentí, lo que me dio como músico en mi vida”.
―¿Te planteaste de entrada llegar a un homenaje o fueron surgiendo las frases para juntarse?
―Esta canción nació de manera rara. Me está pasando seguido que me levanto a la mañana con una melodía en la cabeza y en este caso me pasó eso. Me desperté una mañana y cuando fui al baño estaba tarareando algo, me sonaba en la cabeza una y otra vez, estuve todo el día cantándola. Me fui a trabajar enseguida y recién tuve oportunidad de agarrar la guitarra a la noche, pero ya me había quedado impregnada. Es como una técnica, entre comillas, esto de componer mientras ando por la calle, y repetir muchas veces las cosas hasta que le encuentro a la forma. Llegué a la noche a casa y salió la melodía así como de un tirón. Y después asocié con un texto que había escrito en homenaje a Cerati cuando murió, la típica manera de escribir citando textos y letras y títulos de canciones de él. Cuando la fui a grabar le cambié varias frases que no me cerraban porque no tenían que ver con las canciones que habían sido puestas solo para que cierre dentro de la métrica y me parece que quedó más redondita.
“Irse es volver” llega después de la rockera “Mis paisajes” que tuvo a Juan Bonaudi (La Orquestonga) como invitado especial. Ambas fueron producidas por Juan Rosasco y Sergio Maza (Juan Rosasco en Banda), trabajo que también repitieron en su EP Click (2020). Pero Batmandeluxe tiene más de 20 años de recorrido y una interminable cantidad de escenarios pisados: “Hemostocado en todo tipo de lugares, hermosos, horribles, pequeños, enormes, bares, sótanos, Frente al obelisco en tremendo escenario, en Vorterix, lugares sin escenario, en el pasto de Palermo, en la playa, el Pepsi Music, la Base Aérea del Palomar para miles de personas, y demasiados etcéteras”. Un lugar nuevo a tachar llegará el próximo 10 de noviembre cuando debuten en La Trastienda del barrio porteño de San Telmo en una noche que promete ser inolvidable para los presentes.
―La banda nació en tiempos de CDs ya con la piratería haciendo lo suyo, ¿cómo se acomodan en este presente de singles y plataformas digitales?
―Esa independencia siempre nos dio la posibilidad de tal vez no tener una llegada más grande, obviamente, pero a la vez nos daba la posibilidad de ser creativos. Hemos hecho todo tipo de tapas fuera de las normas comunes de editar un cd. Tenemos una con una cajita que es como un pop-up y tenemos otra que está hecha con imanes de heladera. En la actualidad nos seguimos acomodando como podemos, cambia la forma, pero no la manera en que al músico se lo mete en cajitas, y es muy difícil llegar también porque tenés la posibilidad de subirlo y que te escuche un montón de gente, pero a la vez por este tema de los algoritmos y todo eso, se hace complicado. Y más se complica sin publicidad, pero bueno… uno puede subir cosas de buena calidad y está ahí sonando junto a bandas que uno admira. Y a pesar de que hay mucha superproducción de música, uno tiene la posibilidad de mostrarla y que cualquiera lo lleve en el celular y pueda escuchar una canción. Eso está buenísimo.
―Son una banda rockera y cancionera, un género que tuvo mucho movimiento en décadas pasadas, ¿cómo ven que fluye en la industria este tipo de música?
―Sí, somos rockeros y a veces me siento como un tanguero en los 80´s y a veces no. A veces me siento como un reivindicador de muchos otros compañeros, amigos, colegas. Un reivindicador de la poesía y de querer hacer melodías que acompañen a la gente. En un punto pasó de moda eso, pero siempre decantan las maneras que son profundas, no me quiero quedar con que todo lo actual es malo porque no es así. Hablo de los estilos, pero uno siempre trata de estar ahí, de escuchar y estar aggiornándose con las cosas. Por ejemplo, me encanta Catriel y tengo que escuchar muchas cosas más…
―¿Están volviendo las canciones o se están yendo?
―¡Las canciones no se van a ir nunca! Siempre van a haber cosas que estuvieron de moda, pero una buena melodía rompe la barrera del tiempo.
―¿Cuál fue el aporte fundamental de Juan Rosasco y Sergio Maza en la producción de sus últimas canciones?
―Es mirar desde un costado cercano a la banda y a las canciones, porque para eso está un productor, no digo para verlo desde afuera, pero sí desde un costadito muy cercano, como que uno los tiene abrazando casi de tan cerquita. Y en este caso, yo creo que su aporte fundamental es haber mirado las canciones con amor, y haberlas mirado como quien mira a un hijo que uno quiere que sea lo que el hijo quiere ser. No sé si me explico. Como que ellos a las canciones las dejaron ser como eran y les dieron así como unas palmadas. Con esos arreglos tan lindos que hicieron resaltaron todas las cosas buenas que tienen las canciones y que faltaba pulirles, las acomodaron, y sobre todo, las vieron con libertad y amor. Y además, los queremos mucho. Nos hicieron crecer un montón. ellos tal vez no se dan cuenta de lo que nos ayudaron a cambiar la manera de producir nuestras canciones, a mí de componer, de ensayar. Las dos etapas de producción que tuvimos con ellos nos enriquecieron mucho y además nos llevamos a dos amigos del alma.