Andando Descalzo presenta su nuevo álbum, Paradójico, este sábado 5 de octubre en Teatro Vorterix, producido por primera vez por un integrante de la propia banda, el tecladista Pablo “Bocha” Otero. “Siempre fue el director musical de la banda y el nexo con los productores en los últimos discos, quien se ocupaba de llevar adelante los demos, y con todo ese bagaje era el que se tenía que encargar”, reconoce el cantante Juani Rodríguez, quien se apronta a una larga charla amena y relajada, que pasará por diferentes momentos e historias.
“De estar nominados a los Premios Gardel por el último disco pasamos a quedarnos sin discográfica”, explica, asegurando que ese momento clave sirvió para barajar y dar de nuevo una vez más. “Ahí es donde escribo justo “La cura”, primer corte del disco, que habla de un momento así, era lo que estábamos viviendo. Y ahí empieza el entusiasmo, porque después de quedarte sin aire, o sentir que el paradigma cambió y hay que hacer todo de nuevo de vuelta, de todas esas dudas que te puede generar un cambio, cuando lo logramos asimilarlo nos pusimos eufóricos”.
Paradójico cuenta con muchos invitados: Los Pérez García, La Franela, Cruzando el Charco, Nonpalidece y Sueño de Pescado. Y vaya si hay relaciones estrechas: “Con Beto Olguín de Los Pérez somos hermanos de la vida, en 1998 estábamos compartiendo Cemento juntos. Respecto a Nonpalidece, los primeros discos nuestros los produjeron los Karamelo santo, en 2002 ellos sacan el video “Nunca”, vamos invitados con Néstor a compartir un almuerzo que formaba parte del video, de hecho, yo aparezco en el video agarrando una empanada, esa es mi participación, y dos sillas al costado está Néstor. Y bueno, más allá de todas las giras que compartimos”.
En medio de todo el proceso de trabajo del álbum, Andando Descalzo se junta con Christian Merchot para desembocar en el sello Pirca. “La enseñanza esa de no bajar los brazos. Christian nos dice ‘hagamos el disco, bienvenidos’, sin siquiera escucharlo. Me pregunta mi edad, y me recuerda cuando estuvimos en un show con Resortes Antagónicos en la calle Scalabrini Ortiz en 1997, banda de los cantantes de Bersuit. Épocas de fin de siglo, de Trujaman, Aztecas Tupro y más bandas. Y yo le respondo que no solo estoy yo, sino que lo que están al lado mío son también los mismos que estaban en esa fiesta que nos vio tocar. Siempre está bueno tener apoyo, es tener más presupuesto, más alcance y es muy importante”.
El nuevo trabajo tiene 11 canciones, entre las que se encuentra un cierre muy personal del cantante con “Mensajes”, tan lumínica como oscura, según como te encuentres al escucharla. “Cuando entrás en el proceso de composición empezás a romper tus propios límites, y más cuando sentis que estas conforme con lo que está ocurriendo, entonces me pongo más extremo. Después obviamente eso hace que tengas que tener una mirada de hasta cuanto estás mostrando, de si musicalmente es para Andando. Pero si me hago esas preguntas cuando va pasando el proceso de composición y van funcionando las cosas me empiezo a preguntar cada vez menos y eso está bueno, porque es una cuestión de seguridad”.
―¿Ahí aparece entonces esta canción tan particular?
―También había un proceso personal que yo estaba pasando donde tenía ciertas necesidades de hacer ciertos cambios en mi vida, de alejarme más de la oscuridad, de acercarme más a las mañanas. Era una cuestión más luminosa, no en contra de nada, sino a favor de algo. Pero no hablando mal de nada porque ni idea. Y a su vez era como un vals, lo llevo al ensayo, y jodíamos que era medio como religioso, pero tenía su personalidad y era auténtico. Y cuando caés ahí decís “va por ahí”. Así básicamente cerró el disco. Yo tengo esos temas, como “En el mar”, “Aviador”, son temas medios que le pongo la épica (risas). En Ventanas un tema que hace Fede, que era medio loco, era un tema raro, lo mandamos al final.
―Siempre lo raro lo dejan para el final.
―Sí. En este caso igual, que el Bocha sea el productor hizo que se nos canten el orto un montón de cosas, por ejemplo, que una cumbia dure seis minutos y medio, y la pusimos cuarta, no al final. Y en el medio pasa de todo.
La canción en cuestión es “Chamánico en la tormenta” y Juani recuerda que querían terminarla con un dub de cumbia y el tecladista y productor llevó a la sala “Riders on the storm” de The Doors. “Más Doors en la banda que yo no hay y me encantó. Ya teníamos que grabar y definir una estructura, de hecho, era doble estrofa y la cortamos porque mi inglés era muy malo (risas) y el tema estaba muy bueno. En un momento la íbamos a trackear, dividirla en dos, duraba 8 minutos y quedaba Chamánico por un lado y RIders on the storm por el otro. Pero dijimos, reduzcamos, dejemos una estrofa que se la banca, estribillo final, empecemos a producir, que sea un tema solo, que se llame “Chamánico en la tormenta”, que dure 6 minutos y medio, y Morrison estará orgulloso de nosotros”.
Pero Juani confesó que en el medio de la canción pasan un montón de cosas. Así que esto sigue: “Vamos a cenar afuera con el Bocha y me dice ‘¿y si hacemos cantar a los nenes?’. ¡Buenisimo! Porque además los nenes son tan tiernos como tenebrosos (risas).
―¡No terminaba más!
―Y para seguir agrandando el combo le decimos a Marcelo Dolinsky, porque el tema se lo hice a él cuando fuimos a filmar el video de “El camino”, que lo realizó él, y siempre hicimos ceremonias. Él es un facilitador, un ayudante del Chamán, y siempre estuvo con las plantas maestras”. Cuando el tema dice “cuenta otro cuento” remite a cuando estábamos de gira, en todo sentido, y le decíamos “cuenta otro cuento, Marce”, porque se colgaba a hablar de la Pachamama y lo empezábamos a joder, siempre él fue muy sabio. La letra estaba desde el disco anterior, pero no queda, era una cumbia, pero era otra cosa. Entonces se la paso a Marce, él pide permiso con un Chamán que participa de su documental llamado Una manera que se retira, y hace la devolución. Se escucha en la canción. Cuando vos tomás Huachuma, que también acá se le dice San Pedro, y cuando uno participa de una ceremonia, cuando escuchás los rapé de tabaquito que uno pone la nariz y el Chamán te pega uno coso que te llega a la sien. Estamos hablando de naturaleza, más allá del flash que uno pueda tener, todas esas son situaciones de ceremonia. Y finalmente teníamos unos teclados armados, pero lo llamamos a Lucas Villafañe (Cuyoman, ex Karamelo Santo), y trajo el acordeón y la rompió.
«El amor con mis hijos me ayuda a explicar todo»
Desde aquel video del segundo disco de Andando Descalzo de la canción “Polietileno” hasta algunos reels de las últimas semanas, se puede ver a Juani con guardapolvo blanco, delatando su otro trabajo, ligado a la industria farmacéutica. “Estoy en control de calidad, estudié Farmacia en la UBA y si bien no terminé, soy técnico químico desde la secundaria”.
Profundizando nos cuenta que se interesa mucho por la microbiología: “hay que tener cierta prolijidad y limpieza y uno puede de una manera muy fácil cultivar los hongos mágicos como se les dice, donde su principio activo es la psilocibina y muchas veces sirve para calmar en microdosis ciertas ansiedades, depresiones, para quizás evitar una pastilla farmacéutica. Y después hay una toma en más cantidad que sirve para desarrollar la creatividad o comunicarse con la gente. Creo que tenemos que ir más para ese lado que para el lado sintético, en todo sentido”.
Juani tiene dos hijos, Lalo de 8 y Joaquín de 21, y ambos estarán arriba del escenario en Vorterix. Lalo es un de esos niños tenebrosos de la canción “Chamánico en la tormenta” y se lo nota muy artístico. “Era el que armonizaba arriba, la tiraba aguda. Es un perfil bajo. Lo llevé a la cancha a ver a Chicago contra Almirante Brown, partidazo. Y le pregunto ‘¿cuántas ganas tenés de ir del 1 al 10?’. Y tira: ‘Dos’ (risas). Le ganamos a Almirante, le hicimos un gol, imagínate, fiesta total. Cuando termina le pregunto cuánto se divirtió y dice ‘uno’ (más risas). No tiene nada que ver con el fútbol y me encanta. Va por otro lado, hace comedia musical”.
Joaquín, por su parte, es guitarrista y tiene una banda llamada Los Santos Diurnos. “Él jugó al basquet y al vóley, ahora es músico y va a venir al show a tocar también. Me gusta su generación, hacen canciones de 7 minutos, rock a pleno. De hecho, un amigo me dijo ‘él sí hace rock and roll, no como vos’ (risas)”.
«Siempre a favor de los barrios»
Hablando de fútbol, Juani es hincha de Nueva Chicago aunque de chico fue mucho a ver a Independiente. “En 1994 seguí toda la campaña, vi cuando salió campeón contra Huracán, o el debut del Palomo Usuriaga, pero a mí me pasaba, es mi personalidad, que me sentía intimidado en una cancha así. Y en Chicago me sentía muy cómodo, me saludaba con gente, era el barrio. Y me encontré mucho más cómodo yendo a Chicago que a Independiente”.
El barrio es lo que resalta una y otro vez, y en plural también: los barrios. “Cuando tuve mi época de cancha, de ir a ver partidos, empecé a ver a Chicago y se empezaron a generar ciertos vínculos, el 3 de octubre de hecho vamos a estar tocando en Chicago, desde la Coordinadora Cromañón. Siempre buscamos colaborar con el barrio. Yo estoy a favor de los barrios, el colegio de química quedaba en Versailles, eran todos de Vélez y All Boys, nosotros hacíamos el festejo del Día del niño en el barrio e íbamos a buscar cosas a Lácteos Barraza, muy relacionado con All Boys. Para mí los colores son una cuestión circunstancial, te tocó estar de este lado, disfrutalo, apoyalo, pero la clave es el barrio. Obvio que le quiero ganar siempre al otro, pero hasta ahí llega”.
El disco anterior de Andando Descalzo, Extraño, está muy ligado con el barrio justamente. Desde la canción “Mi barrio”, donde nombra a Marcelita, fallecida hace unos pocos años, y se le encienden los ojos: “Marcelita fue la primera presidenta del Club Cárdenas, y quien me hace formar parte de los Días del Niño que durante 20 años no me quise ir más. Era algo muy lindo, con gran convocatoria, venían chicos de la Oculta, Madero, miles de pibes que se juntaban, yo me encargaba de los espectáculos. Mi sueño era ese, que se pudieran juntar dentro del barrio y todos pudieran convivir y disfrutar de un espectáculo de calidad”.
También está el videoclip de “Vas a ver” grabado en el Club Cárdenas en tiempos de pandemia. “Hacemos una reivindicación de lo que son los clubes de barrio que en ese momento estaban cumpliendo una función social donde los jueves y domingos tenían hasta cuatro cuadras de cola de gente que iba a recibir un plato de comida. Creo que en un momento a mi me sobrepasó el tema de Chicago y el barrio, y luego pude bajar una línea concreta, que no era “aguante Chicago y ya’, era todo lo otro. Y poder ser claro en el mensaje, hacer un homenaje, una celebración, desde un lugar sano y autentico”.
La infancia y adolescencia entonces en Mataderos fue testigo también de los inicios de Juan con la música, como escucha y como artista. “Mi primer disco fue a los 5 años, yo vivía en Pieres y Rodó, no es una banda que me gusta, pero pedí comprar un disco de Kiss, el que tiene las caras y yo ponía siempre “I was made for lovin’ you”. Mi familia no era muy musical, pero estaba ese disco y lo había pedido yo. Cuando entro al secundario viene una chica, Laura, que nunca más la vi, que tenia hermanas más grandes rockeras, y me pasa Acariciando lo Áspero de Divididos y me pareció tremendo., yo venía escuchando The Doors y los Stones. UN amigo, Juancho, me trae Bersuit… Y punto, después escucho mucho Las Pelotas y Chac Tu Chac de Los Piojos. Y a Las Pelotas y Los Piojos los seguí mucho tiempo”.
―¿Recordás el primer show que fuiste?
―Fue Divididos en el Microestadio de Racing, que me llevó mi papá porque tenía 14 años y no me dejaban ir, que encima se peinaba para atrás y todos lo miraban porque parecía medio policía. Yo estaba con Emi (primer bajista de Andando) que había sido mi compañero de jardín y en un momento le pedí permiso a mi papá para ir a poguear. Fue tremendo. Y en esa época estaba el loco de la silla de ruedas, que estaba con cuatro monos alrededor que si caías cerca te mataban, y me acuerdo que un día tocamos en Cemento con Andando y viste cuando sentís que pasó algo, dije “uy, el loco de la silla de ruedas vino a ver a Andando”. Dentro del mambo del baile vos te rescatabas de no caer cerca porque te agarraba uno de esos de su alrededor y te cortaba el mambo. Innecesario, pero funcionaba así, si te comías una patada no podías decir nada.
Rodearse de gente que sepa
―¿En qué momento te vinieron las ganas de hacer música?
―Yo paraba en unos videjuegos en Mataderos.
―Ah, eras de fichines.
―Soy, mucho. Preguntale a mi hijo Joaquín, los goles que le gritaba siendo él un niño, llorando, y Vero, mi compañera que recién nos conocíamos nos retaba: “Basta, no juegan, más, ¿por qué juegan si se ponen así?”. Y hay cierto goce atrás de eso (risas). Después en ese momento de pendejo era muy bueno con los Flipper, con los que tenían dos entradas de fichas y una sola salida. Por ejemplo, Terminator o Arma Mortal, vos le levantabas la ficha por donde salía y golpeabas al costado y salía crédito. Pero bueno, volviendo a la música, decidimos hacer una banda y yo tocaba el bajo, pero no sabía tocar el bajo. Tocábamos “Humo sobre el agua” porque era el único tema que me habían pasado, y yo pretendía después, algo muy mío, que los demás solucionasen mi vida. Obviamente la frustración fue grande y rápida. Y automáticamente dije “Juani, rodeate de gente que sepa y vos hacé lo que no se necesita aprender”. En ese momento creés eso, después obvio fui a aprender canto, guitarra piano.
―¿Y ahí ya te rodeaste de los Andando?
―Sí, primero fue el Tano López, autor de varios de los primeros temas. Hoy vive enfrente, es mi vecino. Cada tanto le grito “Tanoooo” y se escucha “queee”. “Vení a cenar”, “Ahí voy”. Es el permitido que puede venir a mi casa cuando quiera y no pasa nada. Tiene unos temazos el Tano, Los Parraleños lo van a buscar para que les componga y dice que no. Ahora tiene tangos, pero con sus típicas letras, eso es lo bueno. “Marinero”, “Pantuflas”, “Luz” son de él. Y Bruno seguía tocando ahí con nosotros, Emi filmaba y le dijimos que tocara el bajo. Nos llamábamos El Diente por mi diente que se había partido, después un día vimos en el Sí de Clarín que tocaba la banda El Diente y no éramos nosotros, y entonces ya no teníamos nombre. Ahí nos encontramos con el Bocha que también andaba por los fichines, todo se daba alrededor de los fichines de Perazzo, en Alberdi y Pola. Bocha era amigo del Tano y pianista, y arrancamos a tocar.
―Resaltaste en la nota eso de que son los mismos de siempre. Excepto por el bajo, claro.
―Fede grabó Media Vida y Extraño, quería ir por otro lado y bueno, chau. Yo había participado en el homenaje a Palo y conozco a Alito Spina en el CCK, quien era bajista de Palo Pandolfo. Después vamos a tocar a Mercedes, se va Alejo que estaba en el bajo en ese momento y decimos “no entra más un bajista, vamos con pistas”. Yo no bancaba esa decisión, cuando hacés pistas la canción dura lo que dura y me hinchaba un poco las pelotas, le restaba humanidad, pero también sumaba en un montón de cosas. Tocamos en Mercedes y tocaba el tributo a Palo Pandolfo, que claro, estaba Alito. El Bocha estuvo tres meses preparando todas las pistas de bajo y el show, era un laburazo. Tocamos sin bajo, cuando bajamos nos agarra Alito:
―Che, boludo, vos tocaste sin bajo. ―Sí. ―Yo quiero ser el bajista. ―Mirá, no hay chance. ―¡Pero yo soy re copado!―. Además Alito es re grosso, su recorrido es tremendo. Y el loco me decía “tenemos la misma edad, no me pagan, estoy equipado, puedo dejar el equipo en la sala, ¿dónde ensayan?”. Le digo “en Villa Luro”, y me responde “yo vivo en San Miguel, re cerca”, ¡era en la loma del orto! (risas). Ahí ya le dije que por mí todo bien, pero había que ver con la banda. Pero el psicópata fue encarando a todos por separado y se metió por la ventana.
―Antes contabas algo muy copado respecto a la composición, eso de traspasar los límites propios. Yendo hacia atrás, ¿tenés algún tema que hoy decís “esto no lo hubiera escrito o cambiaría algo”?
―No encuentro una canción que diga “no lo tendría que haber escrito”. Hice la lista para el show del 5 de octubre y hay temas del primer disco y del segundo. Me parece que si hay algo que Andando tuvo en su vida fue que fue contemporáneo a lo que fuimos viviendo. Lo que contamos era lo que nos pasaba, quizás hoy en día lo diría de otra manera, lo pensaría desde otro lugar, pero es válido como lo dijo Juani o cualquier otro integrante que haya escrito una canción. No tengo ninguna… bueno, “El marinero”, pero fue el Tano que es un desubicado (risas). Pero hasta lo seguimos cantando, habla de un chabón que es marinero y conoce una rubiecita, una morocha, y cuando conoce a la pelirroja básicamente era una persona trans. En un momento dudamos, pero hay más humor que un mensaje en el cual estamos estigmatizando a alguien. Pero además ¿por qué? ¿Cuál es el problema? Y, además, cualquier cosa está ahí Juani cantando que se la banca con todo.
―Y si no, cualquier cosa fue el Tano.
―Sí, pero Juani se la banca (risas).
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