El 2018 encontró a De La Gran Piñata regalando a su público su cuarto disco de estudio. El Principio de Todo profundizó musicalmente esa propuesta rompedora que fue hace cuatro años El Equilibrio Entre Los Opuestos, mostrando una banda cada vez más poderosa y canciones más oscuras e intrincadas. “El estilo no fue buscado”, explica el cantante y guitarrista Darío Panter Giuliano, advirtiendo que termina siendo más bien una consecuencia de “haber siempre tocado la música que nos gusta tocar e ir fluyendo con eso, encontrándonos nosotros en eso y no al revés”. Ese toque arrabalero de siempre, se vuelve cada vez más potente y se densifica, volviéndose una identidad bien marcada. “Si bien el sonido fue mutando a través de estos quince años de banda, creo que la esencia sigue siendo la misma que el primer día, hacer música que nos conmueva y nos llene de orgullo”.
Este año comenzó con la vuelta al Cosquín Rock, pero a diferencia de las participaciones anteriores, la banda cambió el escenario principal y la luz del sol por un escenario alternativo y la oscuridad de la madrugada. “Esta vez fue muy distinta a nuestras anteriores experiencias en el festival: nos tocó por primera vez cerrar el Córdoba X, un hermoso escenario situado justo frente a la montaña, lo que nos dio uno de los paisajes más increíbles en lo que hayamos tocado jamás. Por cuestiones de la organización se retrasaron los horarios en los que estaban pautadas las bandas, haciendo que toquemos más tarde de lo esperado pero eso no hizo más que llenarnos de una energía que explotó al momento de salir a tocar”.
-A medio año del lanzamiento, ¿cómo están viendo la repercusión de su último disco, tanto en el público como en ustedes mismos?
-Estamos muy contentos con los resultados y las repercusiones de «El Principio De Todo», es un disco que hicimos con mucho amor y del cual estamos inmensamente orgullosos. Afortunadamente, el público lo recibió del mismo modo. Nos han llegado mensajes de todas partes del país e incluso del exterior con felicitaciones y un cariño que nos desborda de energía.
-El 8 de marzo se viene una nueva Trastienda que ya es como su segundo hogar. ¿Cómo se prepara este nuevo recital?
-Es una sala en la que nos gusta mucho tocar. Hemos pasado grandes recitales ahí, tanto del lado de banda como desde el lado de espectador. Suena y se ve muy bien, lo que hace que la banda y el público se luzcan cada uno en lo suyo y se conecten como no pasa en muchos lugares. El show gira en torno a eso, a la cercanía única que permite La Trastienda.
-El año pasado contaban que hay que ponerse creativos a la hora de salir a tocar al interior en este contexto. ¿Cómo planifican o van encarando este 2019 en cuanto a shows?
-De la misma manera que siempre, intentando salir a mostrar lo que hacemos tanto como se pueda. Buscando volver a los lugares en los que hemos estado bien y saliendo a conocer otros lugares en el que podamos hacer un buen recital.
-¿Cómo atraviesa al músico de rock un contexto de crisis como el actual?
-La crisis actual nos atraviesa de la misma manera que a la gran mayoría, nos llena de indignación, dolor y tristeza ver a la gente pasándola realmente mal. Son tiempos difíciles, desde nuestro lugar intentamos poner a disposición del público la música que hacemos como canal de desahogo.