Sol Marianela siempre convivió con sus canciones, llegando a editar su disco solista en 2014. La vida musical la llevó al año siguiente, junto a su compañero Nacho Flores, a consolidar su proyecto en banda, bajo el anagrama perfecto de Amor en la Isla.
El disco debut nos insinúa un viaje playero ya desde el título de sus canciones (empezando por el corte “Playa crocante”), pero la música nos encuentra en un clima bien garagero y de matices punkys, que junto a las oscuras letras conforman una escucha más que interesante.
“Queríamos dejar en claro que éramos una banda, una banda de rock, y no un proyecto solista y no solo pop y folk; pero, somos todo eso”, explica Sol a la hora de mostrar un camino continuado pero distante de los primeros pasos. “A la vez no nos alejamos del proyecto «Sol Marianela», evolucionamos y aquel proyecto es esto hoy. Pero estamos tocando canciones de mi disco solista «Hasta Nunca».
-¿Y este primer disco como banda como se armó?
-Todas las canciones de «Playa Crocante» fueron compuestos por mí en su totalidad, pero es algo que igual quiero cambiar para el próximo. Disco a disco generamos un cambio, siempre con intención de crecer y mejorar como artistas.
-Los temas nos remiten a la playa y uno tiende a asociar a ese lugar como algo alegre. Sin embargo las letras en algunos casos son oscuras y tristes, ¿cómo se forjó esa conjunción?
-No hay manera que yo pueda escribir letras alegres, al menos nunca sucedió; si bien busco un mensaje medianamente positivo porque no quiero que nadie se mande a morir, no escribo desde la felicidad, escribo desde lo turbio, el dolor y los problemas. Porque ahí es desde donde se puede trabajar para salir hacia algo mejor. Las canciones nacen, como una necesidad y una búsqueda de algo mejor.
El disco debut fue producido por Gregorio Martínez (Los Brujos), quien hoy en día además es el baterista de la banda, completando el trío protagonista de Amor en la Isla. “Es un genio, definió y mejoró un montón de cosas en las canciones. Y hoy por hoy es nuestro baterista y sin estar jamás en un escalón de superioridad o algo semejante, nos enseña todo el tiempo. Creo que cada uno de nosotros tres tiene algo potente para aportarle a la banda que el otro no tiene”.
-¿Cómo es la fecha del sábado en Kirie en el marco del Ciclo Circular?
-Sentimos que es un show propio porque a las bandas con las que tocamos las elegimos nosotros, más allá de que el sello que organiza, Chancho Discos, lo aceptó (risas). Siempre es mejor cuando elegimos con qué bandas compartir la noche. Nos gusta tener cosas en común para generar una conexión general entre los públicos de cada banda y aparte para divertirnos antes, durante y también después de tocar.