La banda que no existe dejó de existir ese 19 de mayo de 2007. ¿O allí es donde empezó a existir? Todas las opciones son posibles si hablamos de Cienfuegos, la salvación del alma. La banda maldita que bendijo a miles de corazones.
Ese Salón Pueyrredón estaba triste. El día anterior había sido extraño, y por eso justamente no fue distinto a aquel Cemento en el que se cortó la luz o aquel Raiders con la policía entrando a hacer una razzia en plena víspera de fin de siglo. Ese día fue extraño porque el show se dividió en dos partes, con la primera sin su cantante Sergio Rotman, quien llegaría tarde porque esa misma noche tenía show con Mimi Maura.
Día extraño también. Y por eso tampoco fue distinto a un memorable Late Buenos Aires en Trastienda con un cantante endiablado recitando frases de un libro, o aquellos bosques de Palermo en los que preguntaba ¿Dónde está la felicidad?, o aquel Niceto en el que se grabó Veinticincoseisdosmilcuatro, ese viejísimo Buenos Aires no duerme, el Hangar de madrugada y tantos, tantos más.
“La paso mal, porque es Cienfuegos es una mierda”, nos decía en alguna entrevista radial Sergio Rotman un par de años antes de este último show. Pero también nos dijo hace poco: “Es una pena que Cienfuegos no haya seguido tocando”. Pero el destino parece haber marcado algo que por ahora encuentra a Rotman y a Martín Aloé en veredas opuestas que parecen todavía no poder cruzarse.
Los Marginados, Dia D, los años ’80 encontraron a esta banda en la formación del punk argentino cambiando de nombres y con idas y vueltas que se acomodaron medianamente a mediados de la década del ’90 bajo el nombre de Cienfuegos. Tres discazos de estudio (Cienfuegos, NS/NC y Hacia el Comos, Hacia el Infierno), uno en vivo y grandes canciones por grabar que derivaron en El Siempreterno y también en la vuelta de Dia D, con disco incluido, con todos los integrantes de Cienfuegos menos Rotman.
“La vida solo un segundo. Medio segundo y estás fuera del mundo”, parece cantarse Cienfuegos a sí mismo y a un público que aguarda su vuelta y no quiere saber lo que es estar muerto, sino volver a ver juntos a Sergio Rotman, Martín Aloé, Hernán Bazzano, Fernando Ricciardi y Diego Aloé en un escenario.
“Hasta el 2078”, dijo Rotman aquella vez. A seguir esperando que llegue el momento. ¿O era otro año?
Cada vez que me preguntan cinco bandas de rock argentino, nombro entre ellas a Cienfuegos. Estoy muy seguro de que pocas personas en este mundo responderán lo mismo. Y eso, en alguna fibra íntima, me enorgullece. Así que voy a ponerme a escucharlos…
*Las fotos del último show de Cienfuegos extraídas del Fotolog Hacia El Cosmos