La previa del show del pasado viernes 21 de abril ofrecía la conjunción de dos bandas que en los últimos tiempos vienen sobresaliendo en la escena emergente a caballo de buenas performances en vivo, crecimiento continuo y por sobre todas las cosas, buenas canciones.
El viernes es hermoso por ser viernes, pero no deja de ser día laboral. Por eso algunos hasta metieron algún que otro pique para llegar a tiempo al temprano comienzo del set de Atropello Carregal en The Roxy. Con una intro rabiosa y su canción “Cambian”, el ahora quinteto (recordamos la partida de su excantante Juan Franke, y la posta tomada por el también guitarrista Gonzalo Fernández en voz) empezó a romper cabezas sin miramientos.
La renovada propuesta de los de Munro no deja de tener como característica principal un poderoso y rockero sonido, de rabiosos arreglos y excelentes ejecuciones, pero trae como novedad una apertura más pronunciada de diferentes ritmos, que dan como resultado una gran sintonía. Y entonces de repente uno se puede encontrar moviendo su cabeza lentamente de un lado al otro con “Chupasangre”, o menea un poco al ritmo de “No quiero”, se anima a bolichear con “Gente copia” y vuelve a enrabiarse cuando suena “Al fondo».
Hubo tiempo en el set para la presentación de un nuevo tema, “Ojala que pase algo”, que parece como resumir de qué la va el Atropello de hoy, con crudeza en estrofas para caer en un delicado y (muy) comprador estribillo. El final bailable y arengador por igual de “Aquel tiempo”, daría el paso al turno de Esencia Vudú, con muy buena música de fondo de por medio para amenizar la escucha, y una sirena que auguraría el nuevo show.
Las bases de rock son las que estableció Esencia de principio a fin, desde el novedoso comienzo con “Enciende la mecha”, siempre ofreciendo alguna nueva idea para sus shows en vivo, no quedando solo en la oferta de canción tras canción. La propuesta visual acompañó en todo momento, resaltando el flamante videoclip de “Tiempo atrás”.
Promediando el show, Guido Parisi, guitarrista de Atropello, devolvió gentilezas tocando en “Insomnio” (antes Preii Avalo había subido a solear “Chupasangre”) y el rock se hizo bien protagonista. La arenga constante del grupo de seguidores esencieros funcionó como un aditivo más en una noche que se volvía perfecta.
El final tuvo el gran momento con la canción “Si pudiera hablar con Dios”, y un Pablo Rivero quedando solo con su voz y guitarra para que con el correr de las estrofas se sume toda la banda y termine un set redondísimo para coronar una gran noche.
Dos bandas amigas, dos grandes propuestas musicales, una sola noche y un solo objetivo: seguir creciendo compartiendo la música. Más que cumplido para Atropello Carregal y Esencia Vudú en The Roxy.
FOTOS: Daniela Milana.