A las 9 en punto de la noche, ante más de 1.500 almas, cinco amigos fueron recibidos eufóricamente bajo una impactante lluvia de papelitos y banderas. El Bordo volvía a presentarse en Groove del barrio de Palermo, lugar en el que también habían cerrado el año. El show estaba anunciado a las 21 horas. La banda prometió puntualidad. Y cumplió.
Desde un principio se percibió una cara renovada en la banda, con el sonido de “Corazones olvidados” funcionando como un adelanto del nuevo disco que en poco tiempo saldrá a la luz. El mismo fue grabado en El Refugio, lugar en el que ensaya el quinteto rockero, bajo la producción artística una vez más en las manos de Ale Vázquez.
Los Perdidos, esos fans que siempre los siguen, volvieron a decir presente. Al grito de “El Bordo baila su Rock & Roll” todos fueron bienvenidos y “Huellas”, de su último disco Hermanos dio paso al inicio del espectáculo, acompañado de “Siempre original” y “Guerreros del viento”.
El conjunto de bronces tocó en más de la mitad de las canciones y sumó un valor agregado. Otro punto álgido de la jornada fue cuando se desplegó un telón tan grande que llegó a cubrir la mitad del recinto palermitano, acompañado por una batahola de cerveza arrojada desde todos los rincones.
La banda surgida del colegio Carlos Pellegrini hizo un repaso por todos sus discos con canciones variadas, incluyendo muchos de sus clásicos. Hasta se dieron el gusto de invitar a Martin Mono Fabio (Kapanga), un hermano mayor que fue ovacionado por los Bordolinos. El Mono cantó y se divirtió con “Silbando una ilusión”.
Para el cierre del show no podían faltar los más aclamados por el público: “La Banda”, “Los Perdidos”, “¿A dónde vas?”, “Soñando despierto” y “El regreso”. El Bordo, ese conjunto tradicional que vienen rodando hace casi 20 años, sigue buscando mejorarse. Seguramente en marzo de este año estemos hablando de los lujos que mostrarán en su nuevo disco.