El trío está presentando Favio, su quinto disco de estudio, todos los martes de diciembre junto a bandas amigas en Club Plasma.
Supe que iba a ser una buena noche cuando Argentina (para los despistados, es el nombre de una banda) empezó su show tocando “El perfume” de La Patrulla Espacial. Lo confirmé cuando a la vuelta, después de todo el viaje, bajamos del auto y vimos que lo habíamos dejado en el garaje del vecino.
Fútbol, el trío de rock integrado por Juan Pablo Gambarini (guitarra), Federico Terranova (violín y voz) y Santiago Douton (batería y voz) está presentando su nuevo disco todos los martes de diciembre en el Club Plasma. La primera fecha la banda invitada fue Porristas, mientras que el último martes los encargados de abrir la noche fueron los Argentina, banda en la que Federico cambia el violín por el bajo junto a Juanjo Harervack (voz), Matías Juanatey (guitarra) y Raúl Gutta (batería). Argentina hace “rocanrol del país” -ni más ni menos que eso- pero bien hecho. No estoy segura de que haya habido una idea inicial que guiara la elección del nombre del grupo, pero hoy parece completamente coherente que pequeños fragmentos del rock de estas latitudes conformen una banda que se llama así. Pappo, Iorio, los próceres, el rock barrial de la última década del siglo XX, la esencia inconfundible del under y una base rítmica que hace moverse hasta a las momias, es parte de la fórmula de un grupo que confirma que estuviste bien en salir de casa un martes a la noche para escuchar música en vivo. Que siempre está bien abandonar el sillón y los sedantes en forma de Netflix y salir a ver qué está pasando en Buenos Aires.
Argentina dejó el escenario y el público caliente para el plato principal de la noche: Fútbol presentando Favio. El nombre del disco es un homenaje a Leonardo Favio, que en el arte de tapa a cargo de Dante Sangiacomo aparece lookeado como una especie de caudillo federal, empuñando un arma y con una expresión que transmite una virilidad robótica inquietante (sí, ese Favio está tramando algo). Fútbol no se parece a nada. A lo sumo recuerda a alguna imagen de película antigua en donde hay caballos corriendo por el campo, escenas de pueblos perdidos y gauchos batiéndose en un duelo criollo. La distorsión a cargo de Gambarini acompaña los fragmentos cantados por Douton y luego hay una continuidad narrativa de la que se encarga el violín, el elemento sagrado de la banda, el aura de Walter Benjamin.
En el quinto disco registraron canciones que ya forman parte del repertorio emocional del público estable, como “La razón de voluntad”, “La montaña” y “Hombre Topo”, y proponen un recorrido desde los subterráneos de la ciudad hasta pequeños pueblos del interior del país; pasado, presente y futuro de escenas reconocibles para cualquiera que haya nacido de este lado del mundo. Si bien Favio promete y cumple, Fútbol es una banda que hay que ver y oír en vivo, salvo que en el futuro quieran preguntarse: “¿Qué hacía yo cuando estos pibes estaban tocando una vez por semana?”. La buena noticia es que todavía quedan dos fechas más para verlos: el 20 de diciembre con Shaman y el 27 con Franco Salvador y Los Zurdos. Vayan o arrepiéntanse luego.