Las Pelotas: No importa cómo fue porque aún hoy vives
Promediaba la primera hora del concierto. Un tipo canoso, ubicado en el fondo del campo del Luna Park, no aguantó más y lanzó un potente alarido, una voz ronca, más víctima del cigarrillo y los años vividos, que de haber cantado desaforadamente en la noche: “¡Quiero saltar!”. Los más cercanos lo escucharon y esbozaron una…