Luego de varios años de formar parte de la banda Vento, y un recorrido como solista en el que grabó un EP en un formato más minimalista, Tomás Amante presenta el disco A Pesar de la Era (2015) este viernes 6 de noviembre en Santos (Santos Dumont 4040, CABA). Aquí charlamos con él en la previa del show en el que mostrará el flamante nuevo trabajo.
-¿Cómo fue el cambio de tocar años con banda a ser solista?
-Yo venía con Vento laburando durante seis años y grabar el EP fue la forma de darle un nuevo comienzo a las canciones, abrir la puerta a una idea y grabar algo fresco. Y claro, cambió el tipo de show. Yo me di cuenta de que se generaba con el público algo más íntimo, un feedback muy rápido. Fue un gran descubrimiento entender que había muchos más espacios en Capital para este tipo de proyecto. Empecé a trabajar mucho.
-Pero pronto surge la necesidad de tocar con banda de nuevo.
-Así como yo había decidido empezar una carrera solista porque los temas que componía no entraban en Vento, nuevamente los temas me empiezan a pedir, no sé si una banda, pero sí más gente interviniendo, más gente con propuestas, más puntos de vista. Yo veía que las canciones iban teniendo desde su naturaleza, de todo, algo más pop, algo más funk, otro más folk, y quise abrir la cancha. Sabía muy bien con quien quería laburar y me encontré con grandes músicos, que después de dos años de laburo se convirtieron en grandes amigos.
-¿Cómo fue la grabación del disco?
Con Pira Bastourre, cantante de la banda Supercheria y productor del disco, decidimos que tenía que seguir el esqueleto canción pero de una forma moderna. Somos admiradores de cosas que pasaron hace 30 años pero también de lo que pasa ahora. Entonces la decisión fue hacer un disco moderno con sonidos de allá y de acá, ese fue el eje.
-Te gustó esa mezcla.
-Una de las canciones más peladas es una guitarra, bajo, voz y secuencia electrónica. Fue grabada en vivo por el bajista y programada ahí, y mientras yo mostraba la canción él ya estaba programando. Fue realmente en primera toma, pero relacionada a la tecnología y no al músico en vivo. Aun así, con cosas de 2015, seguimos apuntando a lo fresco.
-Está pasando mucho eso de volver a lo frescura, tal vez de las viejas épocas.
-Yo creo que también tiene relación con la cantidad de compositores, solistas, cancionistas. Yo soy parte también del Open Folk, un ciclo de todos los martes donde hay músicos que tocan tres canciones cada uno y ahí es donde yo empiezo a ver que hay mucha gente cancionista, que apuesta a lo íntimo. Es una generación de músicos que abre un nuevo juego. Hay nuevas formas de decir, propuestas más despojadas. La ciudad sufrió un gran golpe y a partir de allí se abrió la puerta a lo despojada, a lo simple, salir con la guitarra acústica, al boom del ukelele.
-Vento por cierto surge en una época en la que casi no había lugares para tocar rock.
-Yo venía de planear como llevar mil equipos a un show y pasé a salir 15 minutos antes de mi casa con la guitarra. Y no porque el show iba a ser menos que el otro, se trataba de otra cosa. Para mí fue un aprendizaje, empezar a trabajar en esos lugares, centros culturales, casas, el concepto del hogar y la canción. Eso fue mucho en mi primera etapa y es algo que no voy a abandonar jamás por más que toque con banda, porque es lo que yo hago todos los días.
-Y ahora se viene el show en Santos…
-Es un lugar fantástico, es amoldable a distintas formas. Estamos contentos. Los ensayos son pocos y muy buenos. Como el disco se grabó con todos tocando en simultáneo ahora no hace falta ensayar tanto, el ensayo es una excusa para vernos.
-¿Y cómo surgió la idea de grabar con todos los músicos tocando en simultáneo?
-Naturalmente en los ensayos en mi casa empezamos a ver que la banda sonaba mucho. El productor vio esto y coincidió. La banda tenía mucho power y no queríamos perder nada de eso tan bueno que se generaba. Elegimos el estudio en base a la idea y en dos jornadas y media grabamos lo más importante del disco. Se hizo muy rápido y por eso también tiene la frescura. Teníamos un límite de tres tomas por tema.
-¿Cómo fue el comienzo de tu vida musical?
-Yo casi que nací en un teatro, conozco las salas, los aviones, hoteles, aeropuertos. Mi viejo era sonidista, músico, mi vieja bailarina. Se escuchaba mucho, se bailaba mucho, la música siempre se relacionaba con algo muy alegre, y desde chico para mi cualquier cosa es una guitarra. La decisión siempre fue tomada más que un laburo como un camino, y ahora está dando sus frutos, y me encanta que haya arrancado como algo instintivo y como un juego.