De La Gran Piñata se presentó en el Teatro Vorterix este último sábado ante un público que había agotado las entradas varios días antes. Las excusas para tocar fueron varias: un nuevo EP con 3 canciones, un disco en vivo recién editado y empezar a despedir un año que marcó un quiebre para la banda en todo sentido, desde lo sonoro hasta lo profesional.
Cuando se habla de cerrar etapas, las primeras palabras que empiezan a venir a la mente de una persona pueden ser: tristeza, desencanto, inquietudes, búsqueda, alegría, incertidumbre, entre otras. Vamos a tomar varias de estas para describir el presente y futuro de estos cuatro músicos que conforman una de las bandas con mayor proyección que tenemos en nuestra escena.
Hay búsqueda porque hay progreso musical, ya que el cantante Darío “Pantera” Giuliano sabe cuándo forzar la voz y cuando no, se generan climas desde sus cuerdas vocailes y es destacable, porque la base, con Nicolás Persig (bajo) y Alejandro Zenobi (batería), suena compacta y soporta la estructura de guitarras de Lucas Martínez. Los nuevos arreglos de los temas llevan a la banda por otro camino que hoy le queda más cómodo y entendemos que es el que ellos quisieron encarar desde siempre.
No hay incertidumbre porque saben cómo son los escalones a seguir, tienen bien claros los objetivos y no se abusa de lo repetitivo. Son cuatro tipos solos en el escenario, pero van abriéndose a nuevos conceptos, desde la producción visual y lumínica. Tener un público tan fervoroso hace que el camino quizá sea más rápido que el que transitan otras bandas, pero La Piñata demuestra que son pasos firmes.
Desborda la alegría en sus shows porque la trilogía “Anguilita-Sonrisa-Veredas” hace cantar a todos. Si un tipo solo con la guitarra hace llorar a mucha gente es cosa seria, y eso pasa cuando Pantera entona las estrofas de “Norte”, en el formato que sea. Si bien el público de la banda es muy joven, los viejos o mayores de 30 también tienen sus sonrisas cuando deciden hacer una versión de “El viento que todo empuja” de La Renga.
Las inquietudes comenzaron a disiparse porque aparecieron tres canciones nuevas, las cuales ya había sonado en vivo en muy pocas ocasiones, con “De bar en peor” como la más destacada desde nuestra humilde visión. Son nuevos sonidos, la banda muestra que se viene un disco de quiebre.
Por último, la tristeza puede aparecer en el final del show porque ya empiezan a quedar clásicos afuera y la gente se queda con las ganas. Pero esto es ley y buen síntoma, al igual que los shows que comenzaran a ser cada vez más grandes, porque el sábado 15 de noviembre de 2014, el local de Federico Lacroze quedó chico para De La Gran Piñata.
FOTO: Luciana Vilanova.