¿Qué más puede hacer un músico, que poner mucha onda para contagiar al público? , ¿Cómo puede competir un artista contra la mística de una porción de pizza gourmet? ¿Cuál es la herramienta que una banda puede usar para vencer la apatía de la moda “cool”?
Algunas veces no alcanzan actitud y buenas canciones.
El sábado en Vuela el pez se presentó El Limacoco y los invitados para la apertura fueron Toni Montaña, quienes desplegaron un surtido de ritmos latinos y rock mestizo pintado de ska y de reggae. Provocadores y teatrales los Montaña llevaron al escenario su espíritu de banda acostumbrada a tocar en la calle. Tuvieron desde el inicio disposición y energía para que convertir comensales en bailarines, pero el público del perfumado Palermo está demasiado acostumbrado a la modalidad restó. Mucha mesa y comida, mucha silla y poco espacio para un espectáculo que debía disfrutarse de pie. “La cumbia del Pomelo”, “Hijitas”, o “Más allá”, empujaban a la diversión pero no alcanzaban para que la cosa se armara.
Para El Limacoco era noche de estreno. Llegaban a Vuela el pez a estrenar el video de “Walshes”, canción que estará incluida en su segundo disco, Capitán Paz, que pronto llegará a las calles. Sus seguidores buscaban estar cerca del escenario y de a poco ocupaban todo espacio disponible, para colmar un salón que con lentitud cambiaba cena por tragos. Sin anuncio las luces se apagaron y llegaron las imágenes. El nuevo video profundizó una estética lúdica y alocada —que ya mostraron en otras producciones— para poner imágenes a una canción de lírica pensada.
Un informal presentador dio paso al set que comenzó con “Frase savia” y pegado “El bar de Armando”. El Limacoco propone un rock limpio, con canciones de métrica justa y letras elaboradas. Melodías que de modo sutil muestran cómo Las Pelotas han influido en ellos. Urbanos y porteños, el amor, la literatura, están presentes en sus composiciones. Incluso el futbol y el tango. Una muestra fue la versión rockera de “Sueño de Barrilete” de Eladia Blazquez, para homenajear al más cósmico de todos los barriletes, al Diego.
El show avanzaba con actitud y buen humor por encima de un sonido deficiente. “El Dictador”, “La miel” y el lucido cover de “El cazador” del inmortal Bocha Sokol de Las Pelotas, disparaban a algunos de sus sillas para destrabar tanta corrección palermitana. A cada canción la acompañaban curiosas animaciones que completaban la escenografía. Con el local lleno y dejando gente afuera se acercaba el final. “El Limacoco”, “Cariñito”, más una encendida y personal versión de “Aquella solitaria vaca cubana” de Los Redondos pusieron el broche a una trabajosa velada.
Toni Montaña y El Limacoco formaron una gran dupla para un show que mereció más. Llegará la revancha en una fecha con mejor sonido, espacio para tener más fiesta y máscaras que reemplacen a tanta careta.