Canciones, de esas que se pegan. Esas que te fijan el estribillo con solo escucharlas una vez. Las que te hacen bailar sin darte cuenta. Que tienen personalidad, que dicen, que divierten. Las podés cantar a los gritos o tararear mientras cocinás. Alguna dejó su marca en oídos adolescentes.
Estelares se presentó en La Trastienda. San Telmo, viernes de noche pero temprano. Recién comenzó el fin de semana, es buen plan rockear un rato. Diecisiete minutos después de las nueve, Manuel Moretti cantó las primera estrofas de “Rimbaud”. No lo hizo solo, el público también estaba con ganas. Cadencia fácil, métrica cómoda, lírica meditada que se desliza cargada de pop.
La elección de la lista para este show incluyó temas de todos los discos de Estelares: “20 de noviembre”, “Como cría de leopardo”, “200 monos”, todos radiables, todos bailables. Esa es una cualidad muchas veces criticada. Si una banda que lleva seis discos editados sigue produciendo canciones pegadizas, pero honestas y comprometidas cuando son interpretadas, las objeciones solo pueden venir por el gusto personal de quien escucha.
No hubo pogo. Sí brazos en alto y coros. No cualquiera puede poner a bailar y cantar a tanta gente. Las canciones se suceden y la tensión no baja, los platenses tienen mucho escenario. Así sonaron “Solo por hoy”, “Moneda corriente”, “América”. Sin sorpresas, los remates del fraseo caen en lugar seguro, sin embargo Moretti tomó riesgos con su voz y la entrega contagió. El set no tuvo fisuras. La banda, conducida por Víctor Bertamoni y Pablo Silvera –guitarra y bajo– sonó súper ajustada, sin pirotecnia. No les hizo falta.
El público, prolijo como los artistas arriba del escenario. Con treinta y pico de promedio. Tecnológico y acomodado. Se desbordó solo apenas un grupito, a pesar de la temperatura del show. Ni siquiera cuando en la última parte sonaron más temas de los últimos discos. “Un día perfecto”, “Doce chicharras”, hits indiscutibles que alcanzaron para agitar pero no para descontrolar. El show terminó sin bises luego de casi dos horas.
Estelares rescató a la canción. Todo fue puesto para que sean las protagonistas. Nada por encima de ellas. Sencillas melodías y versos. Canciones, esas que siempre son necesarias. Las que nos acompañan, las que son fáciles de recordar. Canciones, simplemente.
Foto: Melina Aiello.