Científicos del Palo presentó La histeria argentina en la ciudad de Buenos Aires. El álbum más conceptual de los últimos tiempos nos invitó a recorrer los últimos 200 años del país en un show, literalmente, histórico.
Es viernes, son las 21.25 en Palermo y en el resto de la República. En el Roxy de la calle Niceto Vega el telón rojo todavía está cerrado y comienza a sonar la versión del Himno Nacional Argentino grabada este año por los anfitriones de la noche: Científicos del Palo. No se trata de un acto del colegio, en el que se canta bajito, intercalando bostezos, temiendo que nos escuchen los compañeros que son más “piolas” que nosotros; acá se canta con el desafinado orgullo de haber nacido en el extremo austral del continente americano. Hoy, acá se jura con gloria morir.
El aplauso es merecido, el telón se abre y aparecen José “Pepo” San Martín (guitarra y voz), Carlos “Popete” Andere (bajo) y Sebastián Quintanilla (batería) vestidos de próceres y tocando “La Revolución de Mayo”, canción que inaugura su cuarto disco de estudio: La Histeria Argentina (2013). Pero este viernes todo es distinto, hoy nadie se siente ridículo con auriculares cantando, en la calle o en el subte, “Saavedra es el títere de la alta sociedad, Castelli y Belgrano van por la libertad, Moreno quiere para el Estado un abrigo, expropiando riquezas del enemigo…”, porque claro, hoy cantamos todos. Hoy, acá se reivindica nuestra historia a través de un disco híper conceptual en el que José San Martín se animó a refutar la versión mitrista u oficial de los acontecimientos de estos dos últimos siglos, y contarlos desde otro lugar: nacional, popular y federal.
En el mismo orden que en el disco, la celebración y el agite en modo intelectual continuaron con “El abogado” (a Manuel Belgrano), “El masón” (a José de San Martín) y “Los padres de los pobres”, el homenaje bien rioplatense al uruguayo José Gervasio Artigas, “Protector de los pueblos libres”, uno de los momentos más emotivos de la noche. Atrás de los músicos, una pantalla en la que se proyectaron durante todo el show fragmentos de videos relacionados con lo que narran las canciones, y un momento estelar de un Jorge Lanata interactuando en vivo con el público.
Después de ese bloque de histeria, llegó el turno del reggae rockero “Llame Jah” (Gorilophrenia, 2010), el pogo esperado por un puñadito de hormigas en el cosmos y el baile frenético de células viajando entre la nada y la eternidad. Del mismo disco, tampoco podía faltar la declaración de principios “Somos el enemigo”; mientras que de Ante Todo Buenas Tardes (2004) sonó “El dormijito” en una versión muy especial a cargo del público, con Pepo sentado al borde del escenario tocando la guitarra.
Claro que en un 18 de octubre, San Perón, también fueron protagonistas la dupla de canciones para cantar con los dedos en V: “El génesis peronista” y “La jefa espiritual”. Más adelante, llegaría el momento de “¡Cristo o Perón!”, uno de los temas más crudos y demoledores del último disco con varios puños al aire al grito de “La hora ha llegado compañeros, se levanta en armas el joven montonero”.
Por suerte, si bien no estaba en la lista original, Pepo decidió quedarse solo en el escenario para tocar la zamba preciosa “No es lo mismo un balcón que un bombardeo”. “En esta nación nuestros militares mandan a los nenes a ocupar sus lugares, mientras se refugian en sus hogares, jugando al TEG sin cruzar los mares”. Parece que es difícil olvidar el momento exacto en que uno le presta atención, por primera vez, a una canción tan justa, tan bien escrita.
Para el final, “Corporatocracia” y “El retorno del Estado” con el discurso de Eva Perón en el Día del Renunciamiento, tal como fue grabada en el disco, y varias caras de emoción mirando las imágenes de un flaco que juega con el bastón presidencial. Por último, la canción que nos regala el mundo o nos avisa que siempre fue nuestro, por si alguien nos hace olvidarlo: “Pa’ quien va a ser sino” (Indigencia y Distancia, 2007).
Al escribir una crónica de este estilo, las palabras parecen no alcanzar para describir algo que hay que ver y escuchar personalmente. Por eso, mejor volvamos al principio: Científicos del Palo dio un show histórico.
Texto: Ángeles Benedetti
Foto: María Paula Villagra