¡Aguante Sergio Denis!

El logaritmo de YouTube es caprichoso, incomprensible para nosotros. Pero siempre trama algo, eso seguro. La lista venía tranquila con rock nacional que cada vez se iba noventoseando más, así que siguió sonando al azar mientras uno cocinaba. De repente apareció “Fondo profundo” de Vilma Palma. “Qué temón”, fue lo primero que pensé (lo segundo es que la intro es igual a “Fiesta” de Rafaela Carra, supongo que a modo de homenaje). Ya estaba la tarta en el horno así que me dediqué a rememorar viejos tiempos a modo de sonrisa y busqué más temas: “Auto rojo”, “Bye, bye”, “Mojada”. Temazos. Sí, temazos que recordamos con gracia, como en joda, como no queriendo aceptar seriamente que nos gustan.

Uno si está en la compu sin hacer nada tiende a leer comentarios, siempre. Nos encanta el chusmerío barato. Entonces empecé a leer. De repente me vi envuelto en una feroz batalla entre argentinos vs. resto de América. Sí, así como leen. Batalla virtual regional en los comentarios de una canción de Vilma Palma en YouTube. ¿Cuál era el problema? Los comentarios argentinos eran socarrones, irónicos, en joda y hasta agresivos respecto al tema y a la banda. Podía figurar el “temazo” pero acompañado de la irónica “que talento, Pájaro” o gastadas a los integrantes y a aquellos viejos buenos tiempos. Del otro lado de la contienda, ecuatorianos, peruanos, mexicanos, bolivianos, colombianos, agradeciendo la existencia de la banda, catalogándola como una de las mejores de la década del ’90, y empezando a defenderla ante las bardeadas de los propios compatriotas de la misma. Todo obviamente deriva para peor, la discriminación a flor de piel y las peleas entran en terrenos descomunales que nos muestran lo poco personas que podemos ser los seres humanos, aún más detrás de una compu o un celu.

Tal vez algo así suceda con Sergio Denis y con varios artistas más de aquellos tiempos musicalmente tan diversos como extraños que daban música para todos los gustos. No es para meternos en cuestiones musicales, sin dudas que pese a la calidad que pueda ser mejor o peor según el artista, no podemos obviar que en definitiva lo que nos conmueve de una canción queda impregnado en nuestros sentimientos y nuestra subjetividad.

Hoy ante su fallecimiento, muchísimos compartimos alguna canción, especialmente su himno “Te quiero tanto”, tan coreado en canchas, casamientos, cumpleaños de muchos años y fiestas nostálgicas. Pero hace más de un año las redes se impregnaron de memes que continuaron casi hasta estos días, siendo el más cercano aquel de equiparar un posible despertar suyo con el de Rick de The Walking Dead respecto a esta cuarentena que nos toca vivir. Nos reímos mucho de él, y no con él, a partir de su caída, sin mencionar ciertas bromas que lo tildaban de mufa en tiempos anteriores. Pocos en el mundo de la música nos pusimos a indagar acerca de las cuestiones de seguridad de los artistas que lo llevaron a sufrir semejante accidente, aquella seguridad por la que luego rogamos una y otra vez. No, preferimos reírnos de él con memes acerca de su caída, una caída por un abismo larguísimo de catorce meses de duración. Él ya había caído rumbo a su muerte y nos reíamos, sin pensar en la tragedia que se podría haber evitado. Total, es Sergio Denis, lo podemos tomar para la joda sin drama, vale, es correcto hacerlo en nuestro ámbito.

Este escrito no va por la parte moral, a muchos (me incluyo) nos encanta el humor negro y es necesario que lo tengamos con nosotros siempre. Esto va más por el hecho de menospreciar ciertos artistas, a quienes los pensamos como que no son del palo, de la onda, quienes para nosotros son bizarros, de mal gusto y que le gusta solo a la chusma. Descalificamos su obra hasta el hartazgo. Y es increíble, porque después sus canciones nos sorprenden en algún lugar y nos encontramos cantándolas de memoria como desaforados, saltando y a veces hasta lagrimeando por llevarnos a algún recuerdo profundo que nunca vamos a olvidar. Ahí entonces, en ese mismísimo momento, ese artista, sea quien sea, nos hizo felices. Eso ya es motivo para agradecerles. Gracias, Sergio.

¡Que viva la música! Y que viva Sergio Denis por siempre.