Mal Momento: La mejor noche de Hermann

El viernes pasado regresó la mejor banda del mundo: Mal Momento. Lo que pasó en Gier, en la presentación de su nuevo EP Éxtasis, para los que asistieron y también para los que se fueron antes (estos últimos cuando su intolerancia y estancamiento se los permita masticar), será un recuerdo que los ayude a desvelarse de esta eterna siesta que duerme el punk.

Sin bandas teloneras y pasada la medianoche, se levantó el telón para que los nuevos compañeros de Hermann, autoproclamados superbanda, introduzcan sin el Rey del punk la primera canción de la noche: la instrumental “Apache”. Fue de gran augurio sentir que se venía un recital pensado, y de paso escuchar una de esas que no suenan nunca, o casi nunca. Mientras la intro apuraba a algún demorado en el baño o acodado en la barra, se iban soltando los tres que acompañan a Hermann en esta nueva versión.

En la batería, Bonnie Taylor, ex Gatos Sucios, como su nombre y su apariencia lo confirman, arrancó con un toque Glam que para los que siguen a Mal Momento fue la primera luz de alerta. Su estilo en el hi-hat aporta cuerpo y aire a las canciones que en formaciones anteriores sonaban “chicas”. Y aunque ayudó en varios temas a bajarle ruido y desprolijidad, con el correr del show, en algunos sus ritmos sonaron reiterativos.

El bajo, en manos de Pablo Chocron, fue lo más correcto del grupo. Tocar no es sólo lo que se hace con los dedos, aunque por cierto podría ser el mejor que tuvo Malmo. Chocron entendió qué banda integra, qué aportar, qué callar, cómo vestir (él y las canciones) y cómo hacerle honor a prócer que comanda el barco. Cuando, con el correr de los shows, los tres alcancen su nivel, lo de superbanda podrá ir un poco más en serio.

Ahí sobre el arranque instrumental, la apariencia y la gestualidad de Patrick (ex Smitten) ya metían ruido, y su guitarra todavía no despegaba de la tradicional guitarra punk rock de Mal Momento. Pero fue ahí nomás, durante el arranque, porque con el correr de las canciones, lo de Patrick no pasó desapercibido, para bien y para mal.

Finalizado “Apache”, apareció Hermann en escena para interpretar “Terapia intensiva”. Ahí arrancó la mejor noche del cantante. Apoyado en una formación que pareciera jugar para él, fue reconfortante para sus seguidores escuchar la voz con claridad, algo que en la formación anterior no venía pasando. En principio gracias a que la guitarra del propio Hermann, y la de Patrick sonaban bajas; pero una vez balanceados los niveles también se lo escuchó claro y fuerte, como debería hacer sido siempre: el centro de la banda. Así empezaron a desfilar las canciones, repasando una amplia discografía, y con varias que Mal Momento no solía tocar en vivo.

De las que no son habituales sonaron “Cuando los santos van marchando”, “El día de San Valentín” o “Vuelve Primavera”, esta última uno de los puntos más altos de la noche. Y entre tantas canciones del último disco, y éstas que no solían tocar nunca, Mal Momento le cambió la cara a lo que siempre hacían, y a lo que muchos de los que pululan por las noches punkrockeras buscan.

Entonces aparecieron algunos gritos del público que reclamaban “toquen una de punk rock”. Pero a Hermann poco le importó, y sin entrar en grandes discusiones respondió, entre otros comentarios ridiculizando palabras que suelen usarse en la escena, como “Old School” o “Alta yanta”. Comenzó entonces un ida y vuelta con algunos del público que estaban adelante, algunos que buscan escuchar siempre lo mismo. Mientras estos refunfuñaban sin darse cuenta de que las publicidades de la tele suenan punk rock, y que los personajes de Cris Morena se paran los pelos, desde el escenario les lanzaron ritmos Country, Folk y hasta una versión medio Reggae de “El Borracho”.

Hubo pifies, por momentos el sonido fue enrarecido, la escenografía no estuvo muy trabajada (más allá de una pantalla con imágenes del nuevo video clip), pero el recital fue honesto a un nivel impagable. Y en toda esta escena vaciada, entre tanto refrito y falta de creatividad, promediando el concierto no quedaban dudas que acontecía una noche histórica. A Mal Momento le robaron todos, de tanto choreo su estilo propio se convirtió en género, y ahora Hermann anuncia que se abre, que viene a hacer otra cosa.

A esta “superbanda” le falta ensayo, y se notó cuando interpretaron el corte de su nuevo EP, “Desvélame”. Si las demás canciones llegasen al nivel de la interpretación que tuvo este tema, a Mal Momento no habría con qué darle, ni siquiera podría intentarlo el pelotudo que opta por irse antes. El nuevo hit de Malmo sonó incluso mejor que en la propia grabación. Mientras, en la barra, Lorena Mexy, la actriz del video clip miraba atenta al mejor Hermann de toda la vida. Ahí hubo magia, hubo algo extraño, y fue el momento de mayor atención en el público, nadie pudo quitar los ojos del escenario. Esa canción pagó la noche.

Después del estreno vinieron pocas canciones más hasta llegar el final. La banda se relajó y fluyó todo mejor. Para los que vimos naufragar otras formaciones, la gestualidad de Patrick y sus bocados en los intervalos, encendieron alertas. Sus guitarras, ajustándoles un poco el sonido, son una variante muy interesante incluso para refrescar viejos clásicos. Pero su estética desafinó, y sus comentarios despectivos hacía otros músicos con los que ni siquiera compartió formación fueron un tremendo pifie.

Ya eran las cuatro de la mañana cuando terminó el recital. “Payasos”, la otra canción del nuevo EP no la tocaron. Faltaron clásicos y el sonido típico. Pero Mal Momento cumplió, sorprendió y movió la estantería de un género con pocas novedades.

Foto: Mauro Fimognares