2 Minutos: Tanto punk rock jamás va a lastimarte

El llanto de un bandoneón irrumpió ante el griterío de un Luna Park que aseguraba que nunca será policía. Las cuerdas de un par de criollas y un contrabajo marcaron el compás de un tango, mientras los presentes se miraban entre sí tratando de entender. Todo cobró sentido cuando una voz arrabalera empezó a contar la historia de un otario que se olvidó del barrio en el que creció, la historia de Carlos.

Después de la gran versión de “Ya no sos igual”, cortesía de El Quinteto Negro de La Boca, las pantallas se encendieron para mostrar a un punga skater que recorre Valentín Alsina sarpándole las cosas a Los Dosmi mientras “Días” sonaba de fondo. Terminó el video y la banda tomó el escenario para que volviera a sonar “Ya no sos igual”, demostrando que nada va a superar a la versión original. Siguieron “Pelea Callejera”, “Que mala suerte” y “Lado oscuro”. El comienzo perfecto para una fiesta donde nada podía salir mal.

La llegada de los 2 Minutos al Luna se da por los festejos de los 29 años de la banda en lo que llamaron el Cachi 30 Tour. ¿Por qué no esperar un año más y festejar un número redondo? No se sabe bien, pero tampoco importó demasiado.

En el estadio no había lugar para nadie más, estaba colmado. Un loco no se aguantó ver el show en una butaca y saltó desde la platea al campo, otros trepaban al escenario, para agarrar el micrófono o simplemente tratar de abrazar al Mosca antes de que los stage los mandaran de vuelta al campo a los empujones. La gente festejaba, cantaba, vivía cada tema que la banda tocaba. “Otra mujer”, “Canción de amor” e “Historia triste” desataron el delirio punk.

Papa con su bajo no perdió de vista a la bata de Monti, o al menos eso parecía, ya que estaba de espaldas al público casi todo el tiempo. Pedro sostenía las violas de la banda mientras Pablo se la pasaba saltando por ahí envuelto en un kilt cual William Wallace del conurbano, solo parando para desafiar a alguno que lo escupía desde abajo. Su histrionismo es el contrapunto de la sencillez del Mosca, aquel que después de 29 años de carrera e infinidad de escenarios recorridos, sigue siendo el mismo que patea las calles de Zona Sur.

Una gran fiesta siempre tiene invitados, y acá nadie quiso quedarse afuera. Gori, actual Fantasmagoria y ex Fun People se sumó a la banda para “Pandora Box”. Moncho de Minoría Activa corrió por todo el escenario mientras gritaba rabioso en “Arrebato”. Maikel de Kapanga (según Pablo, la mejor persona que conoció) se calzó una viola para que sonaran “Amor suicida” y “Valentín Alsina”, uno de los momentos más altos de una noche al palo. Pablo Bernaba sumó el bandoneón del Quintento Negro de La Boca para una gran versión de “Vampira” en la que el Mosca jugó a ser El Polaco Goyeneche durante la intro.

Hacia el escenario volaron remeras, discos, banderas, que se juntaban con las cosas que iban quedando de los forcejeos del público que quería quedarse arriba del escenario. “Vamos a poner una feria americana”, decía el Mosca entre risas mientras señalaba el sector de objetos perdidos que se había armado cerca de la batería. Pablo se hizo cargo de las voces por un rato para “Rompan todo” y “Ya Perdí”. Pero la fiesta cobra otra dimensión cuando vuelve el cantante de la banda y todos gritan con él que “allá viene la yuta” mientras poguean frenéticamente con “Demasiado tarde (La marcha)».

El desfile de invitados nunca paró. Dieron el presente Joaquín de Shaila, El Chino Vera, Mane de Restos Fósiles y Los Pestos, Huguito de Doble Fuerza, Pitu de Subway, pero es imposible no destacar la demoledora versión de “El mejor recuerdo” junto a Sr. Flavio y Astor Cianciarulo (como le da a los parches ese pibe, por dio’) de Los Fabulosos Cadillacs.

El Mosca volvió a dejar su lugar, pero esta vez para que El Indio, guitarrista original de la banda, se pusiera al frente de Los Dosmi en “La Ladrona”, “Casa de dos”, “Correo de amor” y “Mal Romance”. Edu de Cadena Perpetua puso su bajo para “Aeropuerto”, agitando como un fanático más.

Fue imposible llevar la cuenta de la cantidad de canciones que pasaron como una ráfaga de ametralladora. La cantidad de temas de la lista sólo fue comparable con la cantidad de invitados que no quisieron faltar a la fiesta de una de las bandas más grandes del Punk latinoamericano. Siempre hay lugar para una más, y cómo no podía ser de otra manera, el cierre fue con “Dos Minutos”, quizás la canción que mejor define a la banda. Porque 2 minutos es eso, una banda que toca para su gente, una banda que punkea con huevo y corazón.

 

 

FOTOS: Daniela Milana.

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