Los Fabulosos Cadillacs: La música salvará al mundo

Una hora y media de show contaba el reloj y recién entonces Vicentico atinó a decir su primer “hola, buenas noches” en el medio de “Mal bicho”, con casi todo el Estadio Luna Park silencioso, oscuro y expectante del bullicio final de la canción. No hubo respiro hasta entonces y casi que no lo iba a haber luego hasta el final. Energía, contundencia y calidad son tres palabras que cuajan perfecto con el show que dio esta banda que luego de más de 30 años, y sufriendo incontables metamorfosis, se mantiene vigente y coherente con su historia.

Las luces se apagaron, la (muy) larga intro con el sonido de la nueva canción “El impacto” pasó y arrancó la salvación con tres joyitas añejas: “Cadillacs” nos hizo bailar ska, “Mi novia se cayó en un pozo ciego” regaló pogo punky y “Las venas abiertas de América Latina” heavy metal bailable. Pero la nostalgia más placentera de esta primera parte fue sin dudas la aparición de “Número 2 en tu lista”, una de las favoritas del público Cadillac que en los últimos veinte años solamente había sonado una vez en vivo en la ciudad. El sentimiento que le puso la gente a esta canción sin dudas debe haber calado profundo sobre el escenario, como una especie de pedido de “de ahora en más tóquenla siempre, por favor”.

En las tablas se vio una banda prolija y potente, más que en ocasiones anteriores. Los hijos de siguen siendo la noticia y regalan energía renovada constante. Ástor Cianciarulo cuando va a la batería retumba con fuerza junto a la calidad de Fernando Ricciardi, y cuando va al bajo corre de un lado para el otro aportando movimiento escénico. Florián Fernández Capello se calza la guitarra (con todo lo que eso significa en esta banda) y cumple con creces demostrando estar a la altura y regalándonos por fin el solo del disco de “Siguiendo la luna”.

Si de Cadillacs se trata, de hits también. La mayoría de los presentes fueron a eso y el primer alarido se dio con la intro de “Demasiada presión”. Para el final de la primera parte llegaron las infaltables, una atrás de otra: “Carnaval toda la vida”, “Carmela”, “Mal bicho” y “Matador”.

Las nuevas canciones  encontraron un buen lugar entre tantos temas conocidos. “La tormenta” y “Juan” son lo más parecido al ADN Cadillac y parecen haber encajado perfecto en la lista. Las exquisitas “El rey del swing”, “No era para vos” y “Canción de Solo para Juan”, son de las típicas que no tendrán tanta presencia en futuros conciertos pero fueron puntos altos de un show renovado, diferente y placentero.

Para continuar con las sorpresas que habían llegado al comienzo del show, en los bises Daniel Melingo aparecía en las tablas con clarinete para coronar junto a la banda una gran versión de “Mañana en el Abasto” de Sumo, grupo fundamental en la vida de LFC. Y pegadito, Luciano Jr. (el Tirri para los faranduleros) regaló “Belcha” para todos los fans de la vieja época. Bares y Fondas, primer disco de la banda, cumplió 30 años y tuvo su merecido homenaje con productor y exintegrante incluidos.

“Vasos vacíos” y “El satánico Dr. Cadillac” parecieron llamar al final de un espectáculo que tuvo también al dibujante Dr. Alderete haciendo estragos en vivo con las visuales en directo (excelente performance en “Calaveras y diablitos”).  Pero el teclado de Mario Siperman nos regaló lo que siempre esperamos: “Yo no me sentaría en tu mesa” y un estadio agradecido. “Oh, oh, oh” sin parar.

Nunca se sabe cómo continuará el camino de esta banda pero han demostrado que de una vez por todas están de vuelta en el circuito. Todo aquel que haya visto en vivo a Los Fabulosos Cadillacs en los años ’90 pudo apreciar con este show lo más parecido a aquellas épocas luego de tantos años. Esa característica que tanto forjó en vivo la banda y que pocos del público general conocen, se sintió con mucha presencia en el Luna Park: sorpresas, perlas viejas no tan conocidas, canciones nuevas, reversiones, energía, actitud y un show demoledor. Todas estas características englobaron el mejor recital de la banda, por lejos, desde la famosa y archipromocionada vuelta allá por 2008. Y eso que faltó Rotman.

 

FOTO: Antonella Malachite.