Bersuit Vergarabat: «Es duro el día a día sabiendo que mucha gente la pasa mal»

Llegando casi a los 30 ya, Bersuit Vergarabat se sigue reinventando año tras año, especialmente en los últimos a partir de su revuelta sin su cantante principal y editando ya tres discos. El show de este sábado en Teatro Rivadavia ofrece una propuesta diferente, “para escuchar de forma relajada y tranquila”, adelanta Juan Subirá (teclados y voces), quien agrega: “Vamos a tratar de hacer un show distinto, donde lo acústico tenga mucha presencia, aprovechando también para traer canciones que no se tocan usualmente”.

-Les gusta hacer este tipo de cosas cada tanto. Recuerdo varios shows en radio o televisión en los que se transformaban a distintos formatos.

-Sí, claro. Lo que pasa es que demanda un tiempo de elaboración, de ensayos específicos para eso, que es lo que estuvimos haciendo la última semana. Nos gusta pero no siempre el contexto se presta para hacerlo.

-El año pasado se editó La Nube Rosa, undécimo disco y el tercero sin Gustavo Cordera, ¿cómo es componer hoy en día con tantas y tantas canciones a cuestas?

-Lógicamente con tanta historia y discos, uno tiene la disyuntiva de romper con lo anterior o no. El contexto artístico y musical influye, porque uno es permeable y escucha lo que está sonando, las nuevas generaciones traen nuevos sonidos. Todo eso se va metiendo de alguna manera, y a la vez está la impronta que uno tiene. La banda siempre se caracterizó por ser muy variada: en un disco hay temas muy distintos y es algo que nunca cambió. Pero no fue algo buscado, siempre fue así. En este medio que siempre se intenta catalogar a todo en algo, en nuestro caso se hizo difícil. Al principio nos llegaron a decir “rock humorístico” en alguna crónica de la época. Y sí, habían dosis de humor, sarcasmo, mezclado con la crítica social, o alguna canción más poética. Y todo esto siempre estuvo y sigue estando, es parte de nuestro ADN.

-En este disco está la canción “Obstinato”, la cual recuerdo que tocabas en tu proyecto solista La Fisura.

-Sí, es un tema que yo había hecho primero para Bersuit. Hay muchos temas que quedan en el camino, y tomé algunas canciones de la banda cuando hice Fisura expuesta. Esta era una de ellas pero que no estaba grabada. Me gustaba mucho y me sigue gustando, me alegró mucho que entrara en este disco.

-¿Qué recuerdo tenés hoy de Fisura Expuesta?

-Muy lindo. Hubiese querido no dejarlo, sigo pensando en hacer un segundo disco. Pero también es cierto que debido a la actividad que tiene la banda que es mucha, y lo que demanda, lo fui dejando. Y también está la vida personal de cada uno, mis hijos están aprendiendo música, mi hijo mayor de 14 toca la batería muy bien, también la guitarra. Y estoy tocando con ellos, intentando transmitirles algo. Mi sobrino tiene también una banda que se llama Don Fulgencio que está muy buena, y vas viendo bandas nuevas buenísimas que están tocando, y mientras tanto nosotros seguimos.

Recorrer la discografía de Bersuit desde aquel Y Punto… de 1992 hasta hoy es, además de disfrutar grandes canciones, comprender un poco la vida social, política y económica de nuestro país. “Esta banda atravesó todos los gobiernos democráticos posteriores a la dictadura. Vimos pasar una inmensidad de dirigentes, presidentes, ministros y diferentes tipos de personalidades. Es algo muy fuerte”.

-Se podría armar una especie de “La Argentina de Tato” con Bersuit en un futuro.

-Tuvimos una cosa entre comillas periodística, como alguna vez Pedro Aznar le decía a Charly, que siempre se involucró con esos periodos que vivió, y salieron temas como “Las botas locas” de Sui Generis, o las letras encriptadas de Seru Giran. En nuestro caso hay algo de eso, o cosas de Miguel Cantilo más explicitas, algo que siempre estuvo presente en el rock argentino, como Piero o Moris. Bersuit se alimentó mucho de estos grandes artistas del rock nacional.

-¿Y cómo los atraviesa la realidad actual?

-Obviamente estamos influenciados siempre por el contexto, atravesados por las circunstancias. Yo vivo esta etapa del macrismo con mucho dolor porque no esperaba la vuelta del neoliberalismo más recalcitrante. Es un gobierno muy insensible que gobierna para pocos, para un sector determinado, concretamente para la oligarquía. No es la primera vez que pasa en nuestro país, es algo que pasó muchas veces, más que nada en las dictaduras.  Pero hay que respetar a la gente que elige este camino y a la vez plantear las cosas que uno piensa, disentir, debatir y pelear por los derechos que se ganaron. Es muy duro el día a día, uno sabe que mucha gente la está pasando mal.

-¿Extrañás a Gustavo Cordera?

-Sí, la verdad que sí. Estamos alejados hace mucho, pero él me escribió hace cinco meses: nos juntamos, charlamos, nos pusimos un poco al día, hablamos de varias cosas, y de lo que le pasó a él. Fue terrible, él sabe que se equivocó pero creo que se tiene replantear unas cuantas cosas, sobre todo en la manera de manejarse y de comunicarse. Cambiaron mucho las cosas, como en temáticas como la violencia de género, y si uno no se da cuenta de esto y no lo puedo elaborar está en problemas. Es un tema muy real y muy jodido, muy trágico y en el que pasan cosas muy aberrantes. No nos podemos enajenar de estas cosas. Y justo Gustavo salió a decir eso que fue terrible. Quiso que sea parte de una humorada pero no le causó gracia a nadie.