De La Gran Piñata: Un cielo en medio de la semana

Muchos se llenan de alegría con la llegada del miércoles, saben que el fin de semana se acerca y la rutina les suelta un rato la mano. Podríamos sentarnos a escribir sobre las miles de emociones encontradas en este día –de tarde o de noche- pero ninguna se compararía con todas las que se hallaron entre las esquinas del Teatro Flores este miércoles 24 de mayo.

La causa de todas las sonrisas era De La Gran Piñata. Una de las pocas bandas de este momento que te genera un viaje al centro de uno mismo. Prácticamente no quedan sitios inexplorados dentro de nosotros donde esta banda no haya podido llegar. Desde un impacto fuerte al corazón, trayéndonos los recuerdos de viejas experiencias, hasta una cálida sonrisa abriéndose de par en par mientras se manifiesta en nuestra cabeza el instante más placentero de un presente inmediato. Pocas canciones generan un impacto en nosotros, pero, me animo a decir, que este grupo de amigos –portador de infinitas huellas- origina, en más de uno, un terremoto de emociones.

Rivadavia había dejado de ser una inhóspita avenida. Digamos una obviedad: esta fiesta iba a tener para un rato largo. Las sensaciones eran transmitidas en cada abrazo que se dejaba entrever. Varios corazones y un solo camino, simplemente era eso. El frió hacía un poco más agradable la espera, ya que los cuerpos entraban en calor con alguna que otra cerveza, mientras algunas guitarras sonaban fusionando voces.

Los que temprano se resguardaron dentro del teatro disfrutaron del set de la banda invitada Atropello Carregal, que a través de un rock envuelto en diferentes ritmos amenizó la velada con un prolijo y potente sonido más buenas canciones.

El show de DLGP empezó de la mano de “La Urgencia”, y la gente seguía entrando y rellenando este lugar tan particular para más de uno.

Partiendo de la base de la energía que transmitía el público cuando los acordes sonaban cada vez más fuerte, era increíble lo que se vivía. Letras que disparaban ideas provenientes de músicos que sabían muy bien lo que estaban gritando en cada canción. Todo se reflejaba en un juego de luces donde todos eran protagonistas de una noche mágica. Un espejo de sensaciones que rebotaban entre los seguidores y el grupo que pisaba fuerte un escenario, claramente, ganado.

Cuando “Norte” llegó a la lista, el ambiente dejó de estar tan cálido como solía estarlo. Y no, evidentemente fue imposible escaparle a las lágrimas que mojaban las mejillas de más de uno. Miles de abrazos le dieron batalla a esta tristeza (que de algunos ojos, era de la buena) que se presenció. Era el turno de “30.000 Luces” y todos se encargaron de gritar más fuerte que nunca. Como siempre. Como el tema lo amerita.

De La Gran Piñata es un vaivén, no sólo de acordes, sino también de estados de ánimos. Y el repertorio dejó en evidencia esto. Pero por otro lado, las noches de fiesta siempre vienen acompañadas por amigos, por eso mismo el invitado especial fue Ale Mondelo (teclado en Las Pastillas del Abuelo) que se encargó de acompañarlos en “Borracho” y también vislumbró a los seguidores tocando parte del inédito pastillero “La Rosarina” en medio de “La petisita inflamable” para darle un cierre al show.

Para sorpresa de todos, el grupo se encargo de anunciar la tan esperada fecha en Auditorio Sur el 29 de Julio, poniendo felices a los constantes cánticos que se venían sucediendo fecha tras fecha.

Una noche más en este teatro que quedaría para la historia de la banda. La lealtad con la que el público se presenta en todos lados deja en evidencia que no pararán de inflar esta gran piñata. Este gran sueño derrumba cualquier obstáculo. Una pasión, que además de dar escalofríos, rompe barreras y crece a pasos agigantados. ¡Qué hermoso brillan!

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FOTOS: Carla Lucero Tobar