Fabrizio D: Canciones populistas

Dylan, Leonard cohen, el francés George Brassen  y algunos textos existencialistas fueron los encargados de formar la cabeza del tano Fabrizio de André, el trovador folk de Milán. Este muchacho que además fue, con el tiempo, considerado más que un músico un poeta, terminó como material de estudio dentro de la poesía italiana del siglo XX. A lo largo de su vida, De André escupió quince discos geniales, pero siempre mirando la fama de costado. En la mayoría de sus canciones aparecían personajes marginados, putas y toda la fauna de la calle italiana. Pero después de un tiempo de poco reconocimiento, la situación cambió: fue la famosa tana Mina Mazzini quien se dignó a interpretar una canción de él, y desde ese momento Fabrizio  fue mirado con un poco más de atención por varios sectores, logrando tener ese reconocimiento que bien merecido se tenía.

Bueno, ya contamos lo suficiente. Vamos a dar las tres razones de siempre por las cuales se debe escuchar a este hombre:

1) Las letras, cada una de sus canciones son un cuento, un poema, o bien podrían ser el comienzo de una novela corta. Esto no es fácil de encontrar. Hay pocos que lo hicieron. No por algo el muchacho trabajaba e interpretaba a varios poetas (tuvo la delicadeza de grabar un disco entero con poemas de Edgard Lee Master).

2) Storia di un impiegato (1973) fue el disco de cabecera para toda una generación de artistas europeos. Hubo un antes y un después de este gran disco. Representó a los trabajadores y estudiantes del mayo del  ’68.

3) Y por último recomendar el disco distinto de André, Crêuza de mä (1984), comparable con el Mediterráneo de Joan Manuel Serrat: tienen los mismos sonidos, la misma atmosfera, un disco para escuchar y sentir..

PD: Fabrizio De André es para disfrutar  un domingo comiendo  aceitunas y tomando vino tinto, obvio, siempre con un cigarro entre los dedos.