Judee Sill: La pequeña hija del carioca

Flaca, con el pelo largo y finito, podría ser una heavy de acá, pero sin el tetra en la mano y la campera de cuero. El tetra lo reemplazamos por la heroína,  y la campera de cuero por algo más hippie, no sé, algo de bambula si quieren, para darse una idea. Antes de dar las tres razones para escuchar a la gran Judee Sill, vamos a enumerar algunas cositas de su vida que merecen la pena.

– Se crió en el bar de su padre, en Oakland, California, donde se hacían apuestas ilegales. “Vivía bajo un flipper′ (una máquina del millón) -dice Judee en una entrevista-. Mis padres eran los dos alcohólicos, así que tenía mucho tiempo para mí”, dijo Jude en algún momento de su vida.

– Se casó a los diecisiete años con un hombre mayor, que resultó ser un gangster.

– Empezó a tomar el LSD, que le pasó un transa: “Todo lo que me importaba era poder meter la aguja en la vena”, decía. Y para terminar -porque sino la lista sigue- podemos añadir que mientras la conocida y caretona Joni Mitchell cantaba en los circuitos de folk del Village de Nueva York, nuestra rockera y estrellada Sill ya estaba en un reformatorio. Lindo Curriculum Vitae, ¿no?

– Ah, no nos queremos olvidar de esto: muere de una sobredosis en 1979, cuando tenía sólo 35 años.

 

Bueno, antes de irnos, dejamos las tres razones para escuchar a la flaca Sill…

Primera razón: Porque cuando agarraba el piano o la guitarra, transformaba todo en una especie de melodía eclesiástica hipnótica. La voz no tenía fisura.

Segunda razón: Porque cuesta creer, como después de tanto quilombo en su cabeza y en su vida, la mina tuvo  la capacidad de sentarse y componer terribles melodías y con una mansedumbre poco común para un carácter tan estallado de ansiedad.

Tercera razón: Porque después de tanto viaje místico y de cambiar pastillas, alcohol y LSD como figuritas del mundial, tuvo la lucidez de escribir uno de sus mejores temas: “Jesus was a Crossmaker”.


 
Esperamos que después de sus anécdotas y estas tres razones tengan ganas de ir a buscar a esta mujer que para muchos brilló por su ausencia, y para otros hizo temblar la tranquilidad folk de una época.