Salta La Banca: El sueño sigue vigente

“La escuela independiente” triunfó nuevamente el pasado viernes y, con un estadio repleto, dejó a las claras que el sueño sigue vigente y se retroalimenta de forma continua.

El expreso a la locura

Una crónica que se centre únicamente en las tres horas en las que la banda volcó su mejor repertorio ante una multitud que colmó el mítico estadio porteño, pecaría de insuficiente. Sería incompleto narrar los hechos de lo que respecta a un show impecable, pero cuya importancia no completa la experiencia.

El segundo Luna Park de la historia de Salta La Banca comenzó muchísimo antes de las 21 horas del día viernes 16 de octubre. ¿Cómo se explica, si esto no fuera cierto, lo que sucede en las inmediaciones del lugar tres o cuatro horas antes del inicio?  Las remeras de la banda se empiezan a agrupar y, concentradas en la plaza Roma, configuran un microclima propio, un anexo al aire libre donde, bebidas mediante, se comienza a avivar el fuego que a metros tendrá su hoguera. Y ni hablar de los que arrancan mucho antes, subiendo a un auto o bondi desde alguna ciudad del interior del país, o de otro, si hasta banderas yoruguas y paraguayas se pudieron ver en el show. Todos reunidos alrededor del ombú, bombo y hasta trompeta sonando, aguardando la hora indicada.

Todo esto sin contar, además, la cantidad que se quedó afuera y siguió por las redes sociales el minuto a minuto de la fiesta, posibilidad que las nuevas tecnologías ofrecen.

Fuimos, somos, seremos

Santiago Aysine se convierte de un tiempo cercano a esta parte en uno de los personajes más influyente de la nueva generación del rock nuestro. Compromiso, trabajo, humildad y sobre todas las cosas, transparencia.

“Aunque la mona se vista de seda”, se burla de sí mismo al hablar de su banda, que llega a una posición privilegiada, en el top de las bandas más convocantes de nuestra música pero sin dejar de ser esos que cautivaron al público que los idolatra. De Villa Raffo hacia el mundo, con la comunión de la tabla y el caballete como canta en “Somos”, y con la disposición de ofrecerle lugar y oportunidad a la difusión no sólo de causas importantes en lo social y una fuerte crítica en lo político con el disco conceputal C.O.P.L.A. -Canto obligado por Luciano Arruga- (2012) y canciones como “Considero” o “El Relato”, sino también a gran cantidad de bandas emergentes como lo fueron en su momento. Completando esto último, cabe destacar la participación como invitados, en orden de aparición, Matías Westerkamp (La Condena de Caín) aportado su viola a “Quebrado”; Pablo Germade (Rock a la Orden) con una actuación consagratoria en “Otro Domingo”; el standupero Lucas Lauriente quién se animó a “Unos Versos”; Darío “Pantera” Giuliano (De La Gran Piñata) le metió su polenta a “Invierno Tibio”; Manuel Rodriguez (Sueño de Pescado) rockeó con “Ellos” y Ariel Pintos (Hermano y guitarrista de Abel) le dió impronta a la riffera  “Heidi”.

Treinta temas en el transcurso de tres horas de show tuvieron cautivados a quienes colmaron cada rincón del campo y plateas del estadio. Repasando sus cinco discos de estudio, sin quitarle especial atención a la aun flamante placa Erueka, los saltis le dieron duro y parejo ofreciendo excelentes reversiones de temas ya clásicos como “Mercedes” de Seremos (2011), y “Hay que saber” del debut Ya no somos dos ahora (2009).

“Vamos a hacer algo que nos pidieron muchos” anunció Aysine, antes de hacer un pequeño parate para armar un set acústico, donde el total de la banda se arrimó al bode del escenario y juntos, de forma cuasi fogonera, interpretaron un bloque de 3 temas: “Dolores”, “Labios de Café” y “Tren al Edén”, en una bajada de rosca que sirvió de adorno a una noche mágica.

Hubo tiempo para que Santi con la compañía de su tocayo “Pili” Maggi en el teclado, hagan de las suyas y pongan a bailar a la multitud interpretando unas cumbias del recuerdo: Mala Fama, Los Gedientos del Rock, Rodrigo y Leo Mattiolli sonaron junto a un clásico ricotero ya a banda completa: “Yo, Canibal”. “Aguante la cumbia y los Redondos, la música es una sola” avivó Aysine. “Beto” Gramático, quién se luce mucho más con la inclusión de Juanjo Gáspari en las segundas guitarras, tomó la posta como es habitual en “Búsqueda”, con la participación de Cecilia, hermana del violero y primera baterista de Salta.

La noche culminó a puro baile con “Bautismo” y con varios festejos y saludos. Las luces del estadio se encendían poco a poco pero la gente seguía ahí, pasada ya la medianoche, en un estado de algarabía total. Esta banda no conoce aún su techo, disfruta cada paso como si fuera el primero y mucho de eso tiene que ver con sus formas: la autogestión y la independencia le suman un plus al resultado y maximizan los logros. Es menester resaltar y celebrar que triunfen bandas como estas.

 

FOTOS: Carla Lucero Tobar