Fútbol y Acorazado Potemkin: Noche en el Abasto

El público de Fútbol es heterogéneo, pero todos tienen algo en común: no están acostumbrados a ver a esta banda antes de la medianoche. Son hombres y mujeres de distintas generaciones que disfrutan la charla trasnochada y la cerveza con amigos antes de escuchar música en vivo, animales de costumbres. Las remeras de Almafuerte se mezclan con labios femeninos pintados de rojo y anteojos de marco grueso, pero nada de eso importa si las bases son las mismas.

En las viejas noches del ZAS, la espera por Juan Pablo Gambarini (guitarra), Federico Terranova (violín) y Santiago Douton (batería y voz) se podía extender hasta las 3 de la mañana. Será por eso que los Fútbol insistieron especialmente en que esta vez llegaran temprano, y pasadas las 20.30 del viernes pequeños grupitos fumaban y conversaban sobre la vereda del Uniclub. Apenas empezó a sonar la banda, todos estaban adentro. ¿Por qué? Porque a diferencia de lo que pasa en los grandes festivales, la mayor parte de los asistentes quería ver a los dos grupos. Esto, con lo que muchos no están familiarizados en el ambiente de la música, se llama coherencia.

Con 13 años tocando juntos, los Fútbol conservan la virtud de sonar siempre nuevos. Será que el violín está adelante y no es sólo un detalle, será por las canciones que interpretan, será porque siguen sin parecerse a nada más que a Fútbol o será, seguramente, por la combinación de todo eso. Despacio, pero la banda crece y sigue sorprendiendo oídos nuevos con la fuerza de “Eh gaucho”, el viajecito de “Madre” o la frenética “Beto mataporgusto”.

Luego del preludio y como separador entre ambos sets se proyectó (y presentó) el video de “El pan del facho”, canción que integra el segundo disco de Acorazado Potemkin, Remolino (2014). Después de los justos aplausos para Matria Visual, los Potemkin salieron al escenario con un triplete de su primer álbum (Mugre, 2011): “Cerca del sol”, “Unos versos” y “La carbonera”. A esta altura del concierto, y de todo en general, a nadie le quedan dudas que la banda integrada por Federico Ghazarossian (bajo), Luciano Esain (batería y voz) y Juan Pablo Fernández (guitarra y voz) es una de las más interesantes para ver en vivo de la escena del rock local. Además, el pasado de Juan Pablo en la Pequeña Orquesta Reincidentes –y el público que trajo consigo- permite explicar el disfrute arriba y abajo del escenario en los momentos en los que sopla una brisa tanguera, como “Disuelto” (esta vez sin el Cardenal Domínguez) y “Smiley ghost”.

Después de los bises, “La otra calle” y “Los muertos”, el exódo satisfecho del que se va con lo que vino a buscar y volver a eso que dejamos inconcluso: la cerveza, los amigos y la noche del Abasto.

 

FOTO: Manuel Yomal.