Sig Ragga: «Tratamos de ser la banda que queremos escuchar»

La banda santafesina Sig Ragga vuelve a Niceto el viernes 16 de noviembre para hacer un largo repaso de toda su discografía, como una especie de celebración de más de veinte años de carrera. Escucharemos entonces canciones del debut homónimo (2009), Aquelarre (2013) y La Promesa de Thamar (2016), mientras la banda produce lo que será su nuevo material.

“La lista será un balance y una síntesis de veinte años de canciones”, explica el guitarrista Nicolás González, sin ocultar la felicidad de volver a un lugar que le sienta muy cómodo a la banda. “Estamos muy contentos de tocar ahí, una vez por año hacemos un show en Niceto, tiene una energía especial, no es ni grande ni chico, y conserva de todas formas un clima íntimo. Se dan siempre recitales calientes e intensos”.

-Sus tres discos les permitieron viajar por el país y el exterior, ¿qué lugares les sorprendieron más?

-La música por suerte nos llevó a recorrer Latinoamérica, un sueño que teníamos desde chicos. Cada experiencia fue sorprendente. Posiblemente en Costa Rica fue donde más nos sorprendimos, mucha gente que sabía las letras, algunos en la primera fila estaban pintados y caracterizados como nosotros, con banderas. Fue una alegría muy grande. En Chile y Colombia también nos sorprendimos de la calidez y de que muchos nos conozcan, gente que nos estaba esperando desde hacía tiempo. Muy gratificante.

La Promesa de Thamar, el último álbum, le regaló a la banda una séptima nominación a los Grammy Latinos y, a principios del año, por primera vez, también a los Premios Gardel. “Es todo sorpresa y alegría”, asume el guitarrista. “Un reconocimiento de ese calibre para una banda independiente, con mucha historia de sacrificio de muchos años. Somos conscientes que esos reconocimientos nos generan una ventana para una difusión mucho más amplia que nos sirve mucho, nos hace bien, y nos permiten salir del país. Lo hemos tomado con mucha alegría, sin dudas”.

-La banda fue elogiada por ofrecer algo diferente a la hora de la escucha. ¿Sienten la importancia de responder a esto en cada una de sus obras?

-Uno no puedo controlar como van a ser las lecturas desde afuera de lo que es el grupo. Creo que el grupo al mismo tiempo invita a que existan diferentes lecturas. Es muy subjetivo todo. Si lo escuchan como algo diferente a mí me genera orgullo, me gusta, pero no sería honesto decir que es un plan nuestro hacer algo diferente porque no es así, uno no lo puedo controlar. Tratamos de ser la banda que queremos escuchar, dentro de nuestras posibilidades, nuestros recursos, nuestra búsqueda, inquietudes, y también dentro de nuestras limitaciones. Simplemente es algo que nos llena, nos emociona, nos moviliza, y siempre que sea así, vamos a estar contentos con lo que editamos. Por eso cambia tanto lo que hacemos, porque no somos los mismos disco tras disco, la vida pasa, nos interesas diferentes cosas. Lo único que podemos hacer luego de lanzar el material es esperar que se reciba de la mejor forma posible.

-¿Cómo ven la escena musical actual? ¿Se nutren de artistas contemporáneos que hacen el camino a la par de ustedes?

-Nos nutrimos de cosas que están pasando, hay muchas bandas independientes muy interesantes, que son una esperanza para la música. Hay muchos artistas que nos emocionan, conocidos y no tanto, nuevos, gente joven, que son increíbles. Huevo me parece una banda de gente muy talentosa, y son adorables. Raíz Árbol, otro trío hermoso del cual me considero fanático. Y hay miles más que me estoy olvidando, por suerte tendría que estar una hora nombrando bandas que me gustan. Pero no las vamos a encontrar en los grandes medios de comunicación, hay que ir salir e ir a bares, pubs y escuchar esos grupos en vivos que son increíbles. La escena es muy interesante.