Chris Cornell: El día que traté de vivir

El Grunge podría ser considerado como un subgénero del rock, con una dosis de actitud visceral punk, mezclada de un sonido y una búsqueda alternativa. Nacido y consolidado en los ’90, se ha convertido con el tiempo en un generador de personajes icónicos. Consecuencia de la difusión, el consumo de música, y del tipo de drogas que se utilizaban, Seattle funcionó como epicentro y fue lo que Mississippi para el Blues o New Orleans para el Jazz.

Dentro de esta gesta existió Christopher John Boyle, más conocido como Chris Cornell. Pasando por distintos instrumentos en su formación (fue baterista, guitarrista y vocalista en diversas bandas) en el año 1984 encontró la base de lo que sería su banda definitiva. Así nacía Soundgarden.

Más allá de los dos primeros LPs “Ultramega OK” (1988) y “Louder Than Love” (1989) que eran un esbozo adolescente del sonido e identidad de la banda, en 1991 “Badmotorfinger” los ubica en el mapa de radios alternativas y del pleno auge MTV, llegando así con temas como “Rusty Cage” o “Outshined” a tener una mayor exposición. así ganaron el derecho de estar en una gira junto a Guns N’ Roses. Soundgarden sería más experimental, oscura y pesada de lo que hasta el momento se conocía y respiraba en el grunge.

Paralelamente Cornell configuraba un homenaje a su compañero Andrew Wood que terminaría con la formación de Temple Of The Dog. Una especie de supergrupo de grunge pero en formato precuela, conformado por integrantes de la flamante Pearl Jam y la magia de Cornell comandando un disco homónimo de una musicalidad más cálida y más armoniosa. Con el tiempo Temple Of The Dog fue considerado como una ilustración de lo que puede generar la fusión entre buenas propuestas. Cornell sería sin quererlo un artista que formaría grandes grupos con figuras consagradas.

Agotada la experiencia con Soundgarden después de siete discos de estudio, con resultados diversos encaró su etapa solista. Sabemos que la suerte de alguien tan identificado con un estilo es difícil de despegar y aceptar. Pero “Euphoria Morning” fue un hermoso debut quizás no tanto en ventas. Esto demostró que Chris era un artista con dotes suficientes  para forjarse un camino propio e inquieto. Grabó en total cinco discos de estudio como solista.

A comienzos de la década del 2000 se formaba otro supergrupo. Nacía Audioslave integrada por ex miembros de Rage Against The Machine. Podemos destacar dentro de su biografía un histórico concierto en el año 2005 en La Habana, Cuba, transformándose en la primera banda estadounidense de rock en tocar en suelo cubano a más de 50 años del bloqueo impuesto a la isla caribeña.

Los tres discos editados con Audioslave configuran una etapa más combativa políticamente e influenciada por la actividad y los ideales que traían los integrantes de RATM. Esta banda dejó una marca para otra generación. Quienes no están familiarizados con su música porque no vivieron el auge de la época de Soundgarden conocen a Chris Cornell  por esta etapa, al menos en lo que respecta a la parte comercial. Audioslave significó un resurgimiento de las partes involucradas.

Una vez finalizada la aventura, volvería a las fuentes. Reconciliación de Soundgarden. Cualquiera podría pensar que estas reuniones son producto del marketing forzado, el dinero y el intento de recuperar cierta gloria pasada. Estaríamos en lo cierto si no escucháramos el discazo con que se despacharon al volver al estudio. “King Animal” (2012) fue un disco revelador acerca de cuánta magia y química pueden quedar pendientes en un grupo de personas con historias diferentes. Soundgarden fue sin dudas  la plataforma desde  la que pudo navegar por otras aguas ya que no desconocía las mieles del éxito ni el miedo al fracaso.

Desde la muerte de Kurt Cobain, Layne Stanley pasando por la previsible pero no menos dolorosa partida de Scott Weiland, el repentino y sorpresivo fallecimiento de Chris Cornell parece dejar a una generación al borde del desamparo. Saber que no escucharemos más esa voz dulce y potente nos hace sentir más solos por lo menos a los que por edad acompañamos o transitamos las experiencias de la vida con sus canciones.

Más pesada se transforma la carga cuando sabemos que no pudo con su historia y demonios. El tiempo le guardará un reconocimiento tal vez más masivo. Seguramente se transformará en otro ícono, cuadro o remera. Espero que quienes se acerquen por primera vez a su obra encuentren el cobijo en esa hermosa melancolía que despedía su lírica y puedan descubrir por completo a este gran artista.

De su legado me sostengo y me reconforta saber que a pesar de despedir amargamente a uno de mis ídolos en esta nota hay música de sobra que con el tiempo silenciará el morbo que  suscitan las circunstancias penosas en las que Chris Cornell decidió dejar este mundo.