La Operación Retorno de Gil Solá

Escuchamos el apellido Gil Solá y ya sabemos todos a donde apuntar nuestros recuerdos. Pero si algo logró el eximio baterista fue trascender más allá de haber sido parte del momento más emblemático de una de las bandas símbolo de nuestro rock. Con su prehistoria en el under del fin del punk yanqui y su presente que lo tiene con un nuevo trabajo bajo el brazo, Federico Gi Solá & Exiliados se aprontan a permitirnos formar parte de su Operación Retorno.

Once años pasaron del anterior trabajo La Suerte y La Palabra (2005), y quince ya del auspicioso debut de Leaving Las Vegas (2001). “Algunas canciones quedaron de la etapa anterior, incluso temas que grabamos para discos anteriores pero no me terminaban de convencer las versiones”, explica Federico mientras aclara que los arreglos sí fueron hechos por los integrantes de esta nueva etapa. “No soy muy prolífico componiendo, pero si edito una canción es porque hay algo ahí que me suena a genuino, sino lo dejo para otra ocasión. Con respecto a las letras, algunas quedaron como estaban, otras se fueron modificando, pero lo interesante es que la gente interpreta una misma letra de distintas maneras, dependiendo de la coyuntura”.

-Se observa una propuesta rockera con matices que viajan por distintos paisajes, ¿cuál fue la búsqueda en la producción del disco?

-Tomando tu analogía de los viajes y los paisajes, supongo que la búsqueda es más hacia el interior que hacia el exterior, por decirlo de alguna manera. Pero no hay una fórmula o una agenda específica, los matices se sugieren solos sin que uno los busque. Somos inquietos y nos gustan distintos estilos, y eso queda reflejado, pero no hay una intención a priori de hacer esto o aquello. Por suerte cuando juntamos todos los temas siempre nos sorprende que queden bien distintos entre sí. Más allá de eso, la intención es estar cómodos y que todo quede bien grabado, por eso me gusta grabar en mi estudio con el técnico Gabriel Martínez, con quien trabajo desde hace ya más de doce años. Y el humor. Siempre una cuota de humor, fora solemnidad.

-Se viene el show presentación de Operación Retorno en  el Teatro del Viejo Mercado el próximo jueves 20 de octubre…

-Tocaremos las canciones de “Operación Retorno” más una selección de los anteriores. El lugar es cómodo y tiene un muy lindo escenario, da para hacer algo especial. Nos vamos a dar el gusto de tener algunos invitados sorpresa, así que estamos ensayando con ellos también. Y gym, mucho gym. Personal trainer, aerobics, tap dance, kick boxing, cross fit, y cualquiera de esas cosas, siempre y cuando estén en inglés (risas).

-¿Qué recuerdos te vienen de aquellos comienzos musicales en Estados Unidos? ¿Cómo era esa escena en esos tiempos?

-El tema da para un libro. Fue durante el último verdadero “movimiento” que hubo con el punk y todo eso. Éramos muy pocos, pero lo vivimos como algo genuino, algo nuestro, convencidos de que estábamos rematando a toda esa música moribunda y corporativa,  ese rock de estadios y multinacionales. Los Sex Pistols decían eso: “somos la última banda de rock and roll”. Obviamente no resultó así, pero queda la idea, el concepto.

-¿Cómo ves desde esta actualidad, luego de veinte años, tu paso por Divididos?

-Con cariño, con algo así como orgullo por el trabajo que hicimos juntos.

 

FOTO: Franco Barsi.