Once Tiros: Aventuras y proezas de primavera

Domingo de Septiembre, vos, yo, tarde/noche, una birra, el patio del Konex, Once Tiros. Hasta el Gigoló no querría perderse semejante jornada impecable. La apertura de la temporada primaveral a cielo abierto de la Ciudad Cultural del barrio del Abasto a cargo los uruguayos, quienes ya se encuentran en proceso de grabación de su quinto disco de estudio aquí, del otro lado del charco, pero cada vez más familia de este lado de acá.

Poco a poco el patio del Konex se iba poblando de las más variadas franjas etarias. Algunos gurises corrían por el enorme espacio, mientras su padre los controlaba detrás de la cinta que divide a aquellos afortunados que pueden hidratar sus cuerdas vocales con una cervecita. Juan, un vecino del lugar, reposaba en su sommier a la vez que retrataba en su hoja blanca numero 6 vaya a saber qué cosa con unas carbonillas. Algunos curiosos, cuales buitres sobrevolando a su presa, se acercaban para entender algo de lo que pasaba en esa extraña habitación. Todo muy domingo a la tarde. Hasta que…

“Lágrima azul” cortó el aire tranquilo que sobrevolaba por el barrio de Almagro, y junto a “Kamikaze” y “Batalla sin luz” amaron el primer pogo de la ya nochecita. Un dúo de canciones estas últimas que a pesar de contar con tres años de diferencia en sus publicaciones (Momento extraño -2008- e Imán -2011-, respectivamente) pareciera que aprendieron a conjugarse perfectamente para la apertura de los shows de los tiros.

Pablo Silvera, el doble rockero del 3 del Real Madrid, arenga, salta y baila en “Bisturí”, mientras Bruno Andreu, quizás uno de los personajes más divertidos y a la vez virtuosos de la escena rockera actual, la descose con su Strato blanca en “Nos dijimos todo”, para luego codearse con Paulo Zuloaga y su saxo en “Lo más valioso”. Santiago Bolognini, toma la posta en la voz con “Nada”, tema que tiene mucha aceptación y termina siendo cantado por el público a pedido de la banda. Además, para los tiros formaron como de costumbre, el relojito Martín Maristán en los parches y Juan Lerena en el bajo. Este último inicia “Televicio”, uno de los temas más festejados y coreados de la noche, donde también se luce el aporte en los teclados de Álvaro Piñeyro.

Hubo tiempo para mostrar uno de los temas que conformará el nuevo trabajo de estudio de los tiros, así como también para repasar los más viejitos. “El globo” e “Injusticia Divina” de Parvadomus (2002), por un lado, y “Mal de Karma” o “Drogado” de Glamour & Violencia (2004), por el otro, se mecharon con una nueva canción de un disco que pinta para ser bastante más rockero que sus predecesores. Una letra picante y mucha viola al frente para prenderle una vela y esperar con mucha expectativa lo que será esta nueva aventura de la banda.

Sí de “Aventuras y proezas” hablamos, el cierre no podía ser de otro modo. Luego del infaltable corte del CD/DVD en vivo, grabado con motivo de los 15 de la banda, “Maldición», “Lacanao” sirvió de entre para terminar la jornada a puro ska. Como para reafirmarlo, como bis se desempolvó a “Fear Factory”, uno de esos temas del genial Momento Extraño que, paradójicamente, se extraña bastante.

A la espera de lo nuevo, una nueva gran noche con los Once Tiros de Uruguay. Su quinto disco será próximamente una nueva excusa para ver a una banda que se reinventa constantemente, que divierte, hace pensar a través de sus letras y que, por sobre todas las cosas, gusta.

 

FOTO: Daniela Milana.