¡Los Ramones no eran hermanos!

Los libros sobre bandas de rock se podrían dividir en dos grandes grupos: los que hablan de música y los que no. Los primeros ayudan a entender y disfrutar un poco más la obra que, por supuesto, siempre es recomendable escuchar previamente a la lectura. Y los segundos son los que escarban en cuestiones personales de los músicos, chismes, pequeñeces, y datos que de ningún modo modifican la obra artística del grupo en cuestión. Se escriben con morbo, con tinta amarilla, y fundamentalmente no aportan nada que diferencie a los personajes de lo que cualquier otro no músico puede lograr: drogarse, coger, violar leyes o simplemente ser un hijo de puta con talento. Abundan libros de este tipo, libros de mierda que aparecen en el momento exacto del auge comercial del grupo biografiado. Y existen pocos que vean la luz en el momento de maduración justa de los datos a aportar. Que realmente tengan sentido y necesidad, que aporten novedades. “Demasiado duros para morir”, la biografía escrita por Marcelo Gobello, es uno de los buenos. Es una pieza fundamental para cualquier fanático de Los Ramones.

Son doscientas ochenta y cinco páginas publicadas originalmente en Europa en el 2005 y editadas en Argentina recién en este año. En ellas Gobello despliega una cronología sin baches de la historia artística de Los Ramones. Construida durante años, enriquecida con entrevistas a los propios músicos y fundamentada con rock. Por eso el libro llega a las puertas de lo que para otros serían escándalos y se detiene a tiempo. Cuenta lo justo y necesario e inmediatamente retoma el sendero de lo artístico. Porque en la lectura de “Demasiado duros para morir” se infiere no solo el conocimiento de la historia de la banda que tiene el autor, sino también del rock en general. Un capital necesario para escribir un libro que para los fanáticos puede tener el mismo valor que un disco de Los Ramones. Y un capital necesario para que los integrantes de la banda, a lo largo de su trayectoria, reciban reiteradas veces a este autor que hasta se dio el lujo de visitarlos en sus casas. Quizás el único sin sabor del libro sea la poca voz de Dee Dee Ramone y la inclusión de C.J. en la foto de tapa, indiscutible esta idea si confrontamos la importancia de ambos para el grupo.

Arranca con los inicios del cuarteto. Nos enteramos cómo se conocen los cuatro miembros originales y sentimos el contexto en el cual surgen. Referencias a otras bandas y diversas voces acordes sobran para pintar de modo acabado aquellos setentas, la Nueva York del CBGB y otros antros alternativos. También datos biográficos de los integrantes suman a entender la personalidad de un grupo hermético como ningún otro, donde supieron convivir tipos de carácter opuestos e ideologías irreconciliables. Todo en pos de crear canciones y convertirse en el mejor grupo de la historia.

Una vez desplegado el mapa y sobre él los actores, Gobello arranca una pormenorizada descripción de cada disco ramonero. Este es el valor más importante del libro y no es solo un detalle denso de datos poco importantes. Por el contrario, el autor tiene la gracia de contar la fórmula que creó cada álbum, el ánimo de los integrantes y la relación con el monstruo al cual Los Ramones siempre desafiaron creando una némesis que solo respondió una vez colgado los instrumentos: el negocio discográfico y la masividad.

La relación de Los Ramones con sus fanáticos en Argentina y todas partes del mundo se estrecha en esta obra. No hay manera de leerla despacio, no hay modo de no sentirlos cerca. Es imposible terminarlo sin un nudo en la garganta, o no correr a poner un disco suyo o tatuártelos. Es para leerlo cada vez que necesites estar ahí, atravesado por la motosierra al compás del onetwothreefour.

“Demasiado duros para morir” está escrito al ritmo de Los Ramones. Empieza rápido, pero se acelera hasta un final decoroso sin perder la magia. No tiene una página de más. Incluso las últimas con el detalle de todos los recitales que el grupo brindó, 2263, terminan por coronar un trabajo que pareciera no dejar espacio para que se escriba algo más sobre los magníficos.