Boas Teitas y su mejor cara

Siempre el público es reflejo de la propuesta musical de la banda. Y no fue excepción ese que llenó Niceto B para la función de Boas Teitas: chicas perfumadas, tragos extraños, algunas remeras de Los Mentirosos y unos porros dando vueltas. La banda liderada por Locar, alguna vez integrante de De Romanticistas Shaolins, presentaba Decir todo de nuevo, su tercer disco. Y para dar el puntapié inicial, Federico Pertusi subió al escenario, balbuceó algo al micrófono y bendijo lo que terminaría siendo una gran noche.

Arrancaron el recital como el disco, con el tema homónimo, y pegado uno de sus clásicos, “Charco”. Desde el principio sonaron ajustados,  prolijos, permitiendo escuchar con claridad cada uno de los instrumentos y las voces. En las composiciones confluyen el pop y el punk, dando como resultado algunos lentos melosos y otras canciones más rápidas como “Marea”, a la que algún oyente punk le sentirá olor a Buzzcocks.

No solo las canciones sonaron prolijas, todo estuvo correctamente armado, desde las proyecciones hasta el atuendo de los músicos. Impecables los climas logrados, en ese mezclar que recorrió la historia de la banda y que presentó íntegramente la totalidad de las canciones del disco nuevo. Boas Teitas se ocupa de hacer música, ese es su costado más alejado del punk actual, no intentan figurar más que sus composiciones. Resulta sencillo entonces, que se te peguen las frases y melodías de “Flor prohibida” o  “Desilusión”. Hubo también tiempo para dos covers. “Disco 2000” de Pulp, correctamente interpretado, y “Love to hate you” de Erasure que con alguna pasta encima más de uno habrá flasheado estar frente a los ingleses.

Se estarán lamentando no haberlo registrado con alguna cámara, es que el concierto fue perfecto. Los cuatro integrantes tuvieron una noche iluminada. Desde la batería, Ema no da un golpe de más, ni uno de menos. Y aporta unos coros difíciles, un colchón armónico que facilita la tarea de cualquier cantante. Se fundió a la perfección con la interpretación del bajo, en manos de Rodo, un grandote que a dos cuadras te das cuenta que disfruta lo que hace. Dueño de una estética setentosa marcó el compás de caderas, pies y algunas parejas a los besos. En la guitarra de Gaby está la parte más rockera, desde la tocada hasta su apariencia. Carga con la tarea de que Boas Teitas siempre sea rock, instrumentando diferente las canciones que alguna vez fueron teclado y hoy rasgan nostalgia más que boliche. Ahí la bandera que reza “Decir todo de nuevo”.

Ensamblada la orquesta, a Locar le queda reinventar cada noche que halle frente al micrófono. Como en esta presentación en Niceto, en la que le costó dejar de agradecer, y por sobre todo dejar de sonreír. No hay mejor halago para un cantante, que afirmar se le entiende todo lo que dice y eso pasó en la noche del viernes. Aunque por momentos hizo poner colorado a alguno del público con las demostraciones de afecto, cargó de buena vibra al público, y logró lo fundamental: todos se quedaron con ganas de más.

 

FOTO: Ximena Schleh.