Eruca Sativa: Gesamtkunstwerk!

Seguramente, si les dijéramos que la Ópera La Valquiria de Richard Wagner y las presentaciones de Huellas Digitales de Eruca Sativa, en el Teatro Ópera, tienen mucho en común dirían que estoy mal de la cabeza. Ahora si les decimos la palabra Gesamtkunstwerk pensarán: “¿Quién es el responsable que dejó a este muchacho escribir?”. Es que Wagner le dio sentido a esta palabra, que nos es ajena,  haciendo referencia a un tipo de obra de arte que combina e integra la música, el teatro y las artes visuales y que se puede traducir como Obra De Arte Total. Tomándonos el atrevimiento de hablar por casi cinco mil personas que se hicieron presentes en la Av. Corrientes podemos asegurar que estas tres expresiones artísticas se entrelazaron al unísono como el trío cordobés sobre el escenario.

Caminando entre la gente que esperaba sentada, como si quisieran dar un mensaje con aquello, los tres anfitriones subieron al escenario dispuestos a entregarse a su público. Cada uno con guitarra en mano y el telón de fondo, cerrado, Martín, Pedernera y Bertoldi le dieron vida al primer tema, “Mi Canción”.  Las notas llegaron a cada rincón del reciento con tanta fuerza que la distancia parecía no existir y los tres temas que le siguieron fueron prueba suficiente de eso. Tres temas más tuvieron que pasar para que con “Desatalo” el telón desapareciera y el tridente musical se posicionara en formato electroacústico.

Las dimensiones del escenario no pudieron atormentar a los cordobeses, quienes con trabajo y esfuerzo llegaron al Teatro Ópera para decirle adios al under. Eruca Sativa ya es parte de aquellos consagrados que tanto gusta ver. Y es para remarcar la cuestión del trabajo y el esfuerzo para que todo aquel que no lo sabe se entere que detrás de escena hay un equipo que sigue y acompaña a la banda a lo largo y lo ancho del país para que todo esto se pueda dar.

Las luces del escenario iluminando al público, los reflectores jugando con las sombras de la banda y la confluencia de aquellos instrumentos no permitían que dejaras de ver al escenario. Los temas fueron pasando, todos con un sonido distinto a como lo podía tener registrado alguien en su cabeza. Nada se repetía al formato de estudio y mucho menos a otros shows en vivo. La música estaba siendo reinventada, la banda se estaba reinventando. “El Rock es que te chupe un huevo lo que es el Rock”, dijo la cantante de este power trío alguna vez, y realmente tenía razón, este mismo show era el testigo y la querella de aquellas palabras.

Sonaba “Frio Cemento” un poco después de la mitad del show y el telón blanco que estaba de fondo fue desprendido desde la parte superior dejando al descubierto una pequeña orquesta dirigida por Nicolás Sorín quien acompañaba, desde algunos temas antes, con sus sintetizadores. Ahora tiene más sentido la relación entre La Valquiria y Huellas Digitales. En ambas composiciones hay una orquesta, hay artistas que desempeñan un rol sobre el escenario y hay un espacio escogido particularmente para quienes están sobre él. La iluminación es parte fundamental de la noche y la disposición de los asientos también porque centraban la atención del público sobre el escenario.  No había nada librado al azar, como tampoco lo había en las obras de Wagner.

Temas como “Paraíso en Retro”, “Antes que vuelva a Caer”, “El Genio De La Nada” no pudieron faltar en la lista de temas: todos y cada uno de ellos con un sonar distinto pero con aquella misma frescura que Eruca Sativa nos tiene acostumbrados. El climax de la noche fue con “Amor Ausente” haciendo erizar a más de uno sentado en su butaca y estallando en aplausos al finalizar.
Ya le quedaba poco a la noche y un “funky Magoo” hizo subir la presión arterial a todo aquel espectador que deseaba dejar la formalidad de lado y ponerse a bailar en los pasillos del Teatro.

El Balcón” fue el encargado de cerrar la jornada que quedara en la memoria de muchos, en un show donde las distintas artes congeniaron logrando una “igualdad relativa”. Los asientos deben ser liberados, el complejo se vacía a su debido tiempo. La banda debe tomarse su tiempo para retirarse de El Teatro Opera porque saben que cuando salgan por la puerta no serán los mismos que cuando ingresaron. Al público se lo ve contento, satisfecho, feliz de haber sido parte de aquella noche. Y no es para menos, si cada uno fue indispensable para que todo formara una Obra de Arte Total, Gesamtkunstwerk.