El Bordo: A veces el efecto es mejor

Gol de Bergkamp y nos volvemos de Francia en cuartos de final. Chávez gana las elecciones en Venezuela y en la Argentina las pilas del menemismo están sulfatadas. Vientos de cambio. Nace Google, y los Rolling tocan por primera vez en Moscú. Mientras, los pasillos de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini estrenan egos. Un trabajo de profundización por cumplir trae como consecuencia la creación de una banda. Se llaman El Bordo y cursan en el turno tarde. Aprueban. Ese año, en el turno mañana, la conocida vuelta olímpica se desmadraba y se convertía en batalla campal y salía en diarios y TV. El rector Abraham Gak, declara: “A veces, el efecto es peor”. 1998 y de todo esto Nostradamus no dijo nada.

Quince años después, en Flores se escucha: “Bienvenidos a esta noche… extraña”, el grito es de Ale Kurz y las placas tectónicas del Teatro pierden el equilibrio. Todos los GPS de la zona marcan Rivadavia y Nazca como lugar de encuentro. Colectivos de diferentes colores traen a la generación del 2000 que iba llegando encolumnada con las manos sueltas. Al aire. Cantando. Suena la sonrisa de un grunge y “Noche extraña” se empieza a llevar los primeros suspiros. Previo al saludo, estos muchachitos de buena educación  abrieron con un hat-trick conformado por: “Guerreros del viento”, “Siempre original” y “No quiero”.

El calor aumentaba y los cuerpos se chocaban. Pogos, los vasos de plástico volaban, banderas flameando  y una pantalla que no para de proyectar videos. Los jeans pasan a ser tatuajes y las remeras son trapos para el agite. Arranca “El carnaval de la eterna tristeza” y a metros del escenario se forma una línea de scrum femenino. Pibas y más pibas, subidas a los hombros de cualquier falo. Las que no sacan fotos bracean rock en un mar vacio. Sube la marea y el corpiño copa la escena. El caos tiene color. “Vamo el bordolino” grita una diablita que lleva la 10 del Rolfi Montenegro.

Hamacándose en canciones de diferentes Cd cobró protagonismo, “Escupiendo verdades”, “Así”,  “Jazz Barrial” y “La Banda”. Que a propósito de ella, parecería ser que no hay un líder por sobre todos, sino muy por el contrario, transmiten una simbiosis constante que los deja a todos parados en el mismo casillero. De hecho, el cantante, Ale, se encargó de definir como su familia y se dio pie para adelantar que el CD, el cual será lanzado en abril, se llamará nada más ni nada menos que Hermanos.

Paso una década y un lustro. Vienen de su cumple de 15, pero El Bordo demuestra qué lejos están de la pajeritud de un púber. A lo largo de estos años se ocuparon de dar palabras a las sensaciones que tiene una camada que quedó callejeramente herida. Este proceso fue evolutivo y los llegó a tener, por ejemplo, como teloneros de los Guns n’ Roses en el 2011. Madurez, no. Acaso, ¿cuándo y qué pauta advierte de que se llega a eso? No. Digamos que vienen traspasando umbrales, y seguirán haciéndolo mientras quieran.

A efectos de estos años y de lo que rompieron y lo que no, citamos nuevamente al autor de la frase del comienzo: “A veces, el efecto es peor”. Mmm… ¿o mejor? Probablemente la afirmación ya haya gozado del tiempo suficiente y de la lejanía crítica para evidenciar la respuesta.

 

FOTOS: Pato Berkovicks.

MIRA LA GALERIA DE FOTOS DEL SHOW HACIENDO CLICK ACA