Pero el habitus es más fuerte

Basta. La temática ultratrillada de novela protagonizada por la mina DIOSA pero POBRE que se enamora del millonario está agotada. Y no quieran parecer originales haciendo lo mismo pero al revés. Es decir, la flaca dulce y de clase alta obnubilada por un amor imposible: el mecánico del barrio, que usa musculosas manchadas de aceite y se come las eses. No. Todo eso, en la vida real, si no es imposible es totalmente improbable. Y suficiente para crear falsas expectativas en la gente.

Aunque no lo crean, el rock ha venido a demostrar casi teóricamente por qué las novelas de Natalia Oreiro son inverosímiles. Es sólo cuestión de prestar atención.

Para quienes todavía no se enteraron, los uruguayos no sólo hacen candombe y letras para deprimirse sino que también en cuatro estrofas te pueden dar la definición de un concepto tan complicado como el habitus, acuñado por el sociólogo marxista –amado por muchos, odiado por otros- Pierre Bourdieu.

La cosa es así: la mina pobre nunca se puede enamorar del tipo millonario (y tampoco al revés) básicamente porque no comparten absolutamente ninguna práctica social, o, en palabras del teórico, el habitus. Es decir, esquemas de obrar, pensar y sentir asociados a la posición social, que tienen en cuenta tanto el pasado como el presente de las personas.

Y El Cuarteto de Nos, en “El hijo de Hernández”, lo explica: la clase social condiciona la vida de las personas. Y en ésta no sólo está inscripta la cuestión económica, sino todo lo cultural, desde qué programa de TV mirás hasta qué película de la cartelera elegís o qué plato te pedís en un restaurant.

Así lo dicen ellos:

Soy sangre de mi sangre, soy mis costumbres 
Soy mis hábitos y códigos y mis incertidumbres 
Soy mis decisiones y mis elecciones 
Soy mis acciones, solo y en la muchedumbre 
Soy mis cadencias y mis creencias 
Soy mi materia y mi esencia 
Soy mi presencia, mi ausencia, mi conciencia 
Y mi apariencia, soy mi procedencia 
Soy mi pasado y mi vigencia
Soy mi herencia y mi experiencia 

Y esta vivencia es la referencia 
Con otros me une y me diferencia 

Si yo nací en Floresta y voy a la UBA va a ser muy difícil que encuentre cosas en común con un pibe de Florida que ama a Chano de Tan Biónica y está a punto de recibirse de la UCA. Como tampoco me va a pasar con un flaco que no terminó la secundaria: Y NO ES DISCRIMINACIÓN. Es habitus.

La última frase del rapeo que hace el cantante Roberto Musso es clave. Todo eso que somos, nuestro pasado, las creencias que nos impusieron, los comportamientos, las costumbres, TODO, está condicionado por el posicionamiento social y es lo que con algunos NOS UNE y con otros NOS DIFERENCIA.

En conclusión: nuestra libertad está tan limitada por nuestra clase social que hasta ni siquiera podemos elegir libremente de quién enamorarnos.

Por último, gracias, Cuarteto de Nos, por suerte ya dejé de idealizar a Jude Law: nunca podría conectar con un tipo que no sabe quién es Violencia Rivas.