Aztecas Tupro: Quedate lo mejor

Las luces se apagan y el piano de Horacio Antelo es lo único que se escucha en un ansioso y concurrido Roxy Live. La calma que antecede al huracán. Aztecas Tupro sale a escena con “Quedate”, tal cual como empieza su flamante disco de estudio, y a través de saltos constantes durante una hora y media, el público sabrá de que se trata este nuevo desafío de la banda. El lanzamiento de Aztecas Tupro (2013) es una realidad.

Así entonces asoman de arranque piezas como las festivas “Se” y “La mezcla” (efectivo ska decorado por la melodía de la trompeta de Juan Pablo Peláez), y las oscuras “Exacto” y “El peso de lo que no hay”. Esto es lo nuevo de la banda, y bien resumido quedó en las primeras canciones. Los nostálgicos siempre quieren algo de aquello, y el clásico “Dibujos” levanta a los que aún no se animaban, seguido de “Óxido” y “Cortar”, ambas canciones del anterior álbum Imaginar (2008).

Entre saludos, palabras de agradecimiento y felicidad, el cantante Pablo Wehbe entona “Rebobinando el cassette con la birome Bic”, y líricamente, los ’80 y ’90 invaden Palermo para la autorreferencial “Hasta acá”. Pero es tiempo del bloque más pesado y novedoso de la noche, con composiciones que rompen la típica estructura azteca: “El fuego”, “Tan claro” (un exquisito punk ranchero con final floydeano) y “Las puertas” rompen las cabezas de los presentes y los hacen viajar hacia rumbos desconocidos.

El mejor combo de la noche se completa con el placentero reggae “Sos vos”. “Sos vos quien me hace querer seguir en este mundo, partir, llegar, continuar este viaje sin miedo a donde me lleve”, una canción de amor de esas irresistibles, pero que también podría ser dedicada por la banda hacia ella misma. Las parejas se abrazan y la banda descolla musicalmente, luciéndose la melódica de Antelo. Al instante, el ska instrumental “CDF” le deja lugar al virtuosismo de todos. La locura (Madness!) se apodera del escenario.

El final es para los clásicos, un poco de cumbia pide el cantante, y “Santa Cecilia” y “Escalones” responden, de la mano del invitado Diego Cuellar en cajón. Todos siguen bailando con “Los cuatro elementos” y “Tallo”. Presentacion mediante nos hacen creer que se acaba, pero todavía quedaba resto. No podía faltar la combativa “Boomerang” (con Tumba López en voz), y el cierre llega con “Es poder”.

La imaginación es poder parecía ser el lema del anterior trabajo de Aztecas. Hoy bien podría ser aquello de continuar este viaje sin miedo a donde me lleve. O “no voy a parar por nada, no voy a parar por nadie”. Muchos lemas asoman en las nuevas letras, siempre tan firmes y características. Y la banda está allí presente, para hacerse cargo de lo que le toca.

 

Foto: Julieta Campeol / Gentileza de AT.