Un universo motorizado

Las luces del escenario reflejan y dibujan ese vínculo entre el arriba y el abajo. Allí está el personaje, acá estamos nosotros, explorando ese universo desde nuestro propio universo también. Hoy nos encontramos con Santiago Motorizado y hacia él viajamos.

Santiago no me conoce, pero yo a él sí. Lo conocí hace un tiempo, mediante un amigo en común que tenemos. En ese momento, ese amigo en común era mi “Amigo Piedra”. Y me acuerdo que me comentó de una banda que le gustaba; incluso me tocó unos temas en la viola. Quedé gratamente sorprendido, cuestión que se acrecentó cuando viajé a explorar a los discos. Entonces, a Santiago lo conozco, y lo conozco bien, pero no lo conozco personalmente. Lo conozco a través de las historias que me cuenta y musicaliza. A través de sus situaciones, y de sus personajes. Finalmente, a través de su vómito fulgurante de emociones.

En ese proceso de conocimiento, se erige un pibe de La Plata un tanto marginado y, por caso, discriminado por su contextura en algún momento de su adolescencia. Por supuesto que eso deviene en introspección, digamos, la ecuación es simple: marginación en la adolescencia acarrea inseguridad e introspección. Sin embargo, cuando Santiago se manifiesta en estas canciones, parece imposible resistirse a su figura, se produce un magnetismo inexplicable. “El magnetismo”.

La vida de Santiago, desde mi punto de vista, se conforma en base a tres ejes: el amor, las amistades y la ciencia ficción. Cuando está en el escenario, el tipo seduce permanentemente sin buscarlo. Aunque sepamos todos que ya tiene su “Chica de Oro” con la cual quiere vivir, el tipo llama a las “Mujeres bellas y fuertes” a que aparezcan de una vez por todas y se muestren ante él. Creo también que a Santiago le gusta protagonizar escenas donde él cuida de algunas personas (preferentemente femeninas), de “El día del huracán” o de situaciones cotidianas que puedan provocar “Terror”.

Ser amigo de Santiago, retomando el segundo eje, debe ser muy bueno. Creo que “Yoni B” debe haber reaparecido luego de ese llamado desesperado y tan visceral de su amigo. El tipo, de todos modos, no es siempre como parece, no es siempre un gran osos de peluche al cual dan ganas de abrazar y no soltar nunca  Tiene sus días de rabia y de necesidad de descarga, como todos. Días en los que está dispuesto a subir a su techo a proteger su casa y su vida con un rifle (Su “Próximo Movimiento”) del avance de la destrucción humana del territorio y de la civilización, que tiende a llevarse todo por delante, incluso a las personas mismas.

Pero si Santiago está “Más o menos bien”, y sigue con ese deseo de manifestarse en el modo en el que lo hace, todos los que conocemos su universo a través de sus canciones, estamos más o menos bien.